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Este domingo, los seguidores del ex-presidente Jair Bolsonaro se congregaron en la icónica playa de Copacabana, en Río de Janeiro, para expresar su apoyo a un proyecto de anistía para aquellos involucrados en los ataques golpistas del 8 de enero de 2023.
La manifestación, que atrajo a un número significativo de participantes, se centró en la Avenida Atlântica, donde los asistentes esperaban el discurso del ex-mandatario.
Expectativas y críticas en la manifestación
Bolsonaro había mencionado que esperaba la asistencia de un millón de personas, aunque sus aliados consideraron que esta cifra era exagerada.
Antes de que comenzara el acto, el senador Flávio Bolsonaro, hijo del ex-presidente, declaró a los medios que la manifestación representaba «un paso importante para derrotar el alexandrismo», refiriéndose al ministro Alexandre de Moraes del STF. Flávio también criticó las penas de prisión impuestas a quienes vandalizaron propiedades, calificándolas de excesivas.
Simbolismo y mensajes en la playa
Entre los manifestantes, muchos portaban camisetas con mensajes que pedían la libertad para los llamados «presos políticos». En la arena de Copacabana, se podían ver carteles que representaban a figuras del bolsonarismo que, según los asistentes, estaban siendo perseguidas por la justicia.
Además, se vendían banderas que hacían referencia a la inflación de productos básicos y clamaban por el regreso de Bolsonaro en 2026. Los aderezos incluían críticas a Alexandre de Moraes y al actual presidente Lula, así como exaltaciones a figuras internacionales de la extrema derecha.
Un ambiente de temor y desconfianza
A pesar de la presencia de numerosos seguidores, algunos manifestantes expresaron su preocupación por la baja asistencia, sugiriendo que el miedo a represalias estaba afectando la participación. «Las personas están con miedo», comentó un bolsonarista, reflejando un sentimiento de inseguridad entre los simpatizantes del ex-presidente. En el lugar, varios parlamentarios bolsonaristas grababan videos y posaban para fotos con los asistentes, mostrando un intento de mantener la moral alta entre sus seguidores.
La manifestación no solo se centró en la anistía, sino que también buscó desafiar las acusaciones de la Procuraduría General de la República contra Bolsonaro en relación con los eventos del 8 de enero. Entre los oradores esperados se encontraban el pastor Silas Malafaia y otros miembros destacados del partido PL, quienes se preparaban para dar discursos en apoyo al ex-presidente.
Bolsonaro, quien enfrenta una condena que lo inhabilita para postularse hasta 2030, sigue insistiendo en su intención de ser candidato en 2026, confiando en que se produzca un cambio en su situación legal. La manifestación en Copacabana se convierte así en un escenario clave para sus aspiraciones políticas futuras, mientras sus seguidores continúan luchando por la anistía y el apoyo a su figura.
