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Una nueva perspectiva en la vida carcelaria
Los centros de reclusión han evolucionado en su enfoque hacia la rehabilitación de los internos. En la Colonia Penal de Acacías, los reclusos han encontrado en los proyectos productivos una oportunidad para transformar su vida.
Estos programas no solo les ofrecen habilidades laborales, sino que también les permiten contribuir a la economía del lugar. La ganadería y la acuicultura son dos de las áreas donde los internos están haciendo un impacto significativo.
Ganadería: un proyecto con futuro
En el ámbito de la ganadería, los internos trabajan con 234 reses de doble propósito, es decir, que proporcionan tanto carne como leche. Este proyecto no solo les enseña sobre el cuidado de los animales, sino que también les brinda la posibilidad de generar ingresos.
Con un equipo de 14 reclusos, cada tres meses logran producir entre 15 y 20 canastillas de mojarra y cachama, que son vendidas en el mercado local. Este tipo de iniciativas demuestra que la reinserción social es posible y que los internos pueden ser parte activa de la comunidad.
Acuicultura: un camino hacia la sostenibilidad
La acuicultura se ha convertido en otro pilar fundamental dentro de los proyectos productivos. Los reclusos participan en la cría de peces, lo que no solo les proporciona una fuente de alimento, sino que también les enseña sobre la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
Este enfoque no solo beneficia a los internos, sino que también contribuye a la seguridad alimentaria de la región. La experiencia adquirida en estos proyectos puede ser crucial para su reintegración en la sociedad una vez que cumplan sus condenas.
El impacto en la comunidad
Los beneficios de estos proyectos no se limitan a los internos. La comunidad también se ve favorecida, ya que los productos generados son vendidos localmente, lo que impulsa la economía regional. Además, al involucrar a los reclusos en actividades productivas, se reduce la estigmatización hacia ellos, promoviendo una imagen más positiva de la reinserción social. Este cambio de paradigma es esencial para construir un futuro donde la rehabilitación y la reintegración sean la norma, no la excepción.