Con la llegada de la temporada anual del Premio Nobel, el mundo espera con interés el anuncio de los galardonados. Este año, aunque varios mexicanos fueron mencionados como posibles candidatos a estos prestigiosos premios, ninguno fue finalmente reconocido. Sin embargo, México cuenta con una rica historia de tres laureados que han dejado una huella imborrable en el escenario global.
Establecidos en 1895 por el inventor sueco Alfred Nobel, los premios buscan honrar a quienes han contribuido significativamente a la humanidad en diversas áreas, como literatura, paz, física, química y medicina. Cada octubre, comités en Suecia y Noruega seleccionan cuidadosamente a los ganadores de todo el mundo, celebrando sus aportes a la sociedad.
Alfonso García Robles: Un defensor del desarme
Uno de los laureados más destacados de México, Alfonso García Robles, nació en Zamora, Michoacán, en 1911. Graduado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizó estudios avanzados en derecho internacional en París y La Haya. Sus significativas gestiones diplomáticas culminaron en la obtención del Premio Nobel de la Paz en 1982, junto a la diplomática sueca Alva Myrdal.
El Comité Nobel reconoció a García Robles por su incansable defensa del desarme y la creación de zonas libres de armas nucleares. Sus habilidades de negociación fueron cruciales para la firma del Tratado de Tlatelolco, firmado el 14 de febrero de 1967, que prohibió las armas nucleares en América Latina. Este tratado pionero no solo transformó la diplomacia regional, sino que también sirvió de modelo para acuerdos similares en todo el mundo.
Abriendo camino hacia la paz
Como Subsecretario de Relaciones Exteriores, García Robles presidió importantes reuniones destinadas a la desnuclearización militar en América Latina entre 1964 y 1967. Sus esfuerzos visionarios en la promoción de la coexistencia pacífica y el desarme le ganaron un lugar destacado en la diplomacia internacional, dejando un legado que sigue inspirando a las futuras generaciones.
Octavio Paz: La voz de una nación
Otro destacado laureado mexicano es Octavio Paz, poeta, ensayista y diplomático, nacido en la Ciudad de México en 1914. A pesar de las dificultades en su infancia, Paz se convirtió en una de las figuras literarias más importantes del siglo XX. En reconocimiento a sus profundas contribuciones literarias, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1990.
La Academia Sueca honró a Paz por su “escritura apasionada con amplios horizontes, caracterizada por una inteligencia sensorial y una integridad humanística.” Sus obras exploran las complejidades de la experiencia humana, reflexionando a menudo sobre temas como soledad, identidad e historia. Su aclamada colección de ensayos, El laberinto de la soledad, publicada en 1950, ofrece un examen crítico de la cultura y la identidad mexicanas.
Un legado complejo
Las contribuciones de Paz trascendieron la literatura; también fue diplomático durante dos décadas, construyendo puentes culturales a través de sus escritos e ideas. Su tumultuosa relación con la escritora Elena Garro añade capas a su narrativa personal, ilustrando las luchas entre el amor y la creatividad en medio de los celos y el conflicto.
Mario Molina: Un pionero científico
El último laureado mexicano a destacar es Mario Molina, un científico nacido en 1943 en la Ciudad de México. Su investigación innovadora sobre la capa de ozono ha tenido un impacto profundo en la ciencia ambiental. En 1974, junto a su colega Frank Sherwood Rowland, publicó estudios fundamentales que pronosticaban la disminución de la capa de ozono debido a los clorofluorocarbonos (CFCs), comúnmente encontrados en aerosoles y refrigeración.
Este trabajo pionero fue clave para la formulación del Protocolo de Montreal, un tratado internacional destinado a abordar este crítico desafío ambiental. En 1995, las contribuciones de Molina fueron reconocidas con el Premio Nobel de Química, que compartió con Rowland y Paul Crutzen.
Formación con impacto
Establecidos en 1895 por el inventor sueco Alfred Nobel, los premios buscan honrar a quienes han contribuido significativamente a la humanidad en diversas áreas, como literatura, paz, física, química y medicina. Cada octubre, comités en Suecia y Noruega seleccionan cuidadosamente a los ganadores de todo el mundo, celebrando sus aportes a la sociedad.0
Establecidos en 1895 por el inventor sueco Alfred Nobel, los premios buscan honrar a quienes han contribuido significativamente a la humanidad en diversas áreas, como literatura, paz, física, química y medicina. Cada octubre, comités en Suecia y Noruega seleccionan cuidadosamente a los ganadores de todo el mundo, celebrando sus aportes a la sociedad.1