La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha actualizado sus pronósticos sobre el clima global, revelando que las temperaturas podrían mantenerse en niveles alarmantemente altos. Con una probabilidad del 80%, al menos uno de los próximos cinco años podría superar a 2024 como el año más cálido registrado. Este informe es un llamado de atención sobre la crisis climática que enfrentamos.
Un panorama inquietante de temperaturas crecientes
El 2023 ya había establecido un récord de calor, siendo el primer año que superó el umbral de 1,5ºC de calentamiento en comparación con los niveles preindustriales. Según la OMM, existe un 86% de probabilidad de que en algún momento entre 2025 y 2029 se supere nuevamente esta marca, lo que indica un aumento significativo en la temperatura media global. Este incremento es alarmante, ya que se ha observado un cambio drástico en las proyecciones de calentamiento en comparación con años anteriores.
El informe destaca que, aunque se considera un escenario «excepcionalmente improbable», existe una posibilidad del 1% de que alguno de los próximos cinco años experimente un aumento de más de 2ºC respecto a los niveles preindustriales. Es un hecho que, en la última década, hemos vivido los años más calurosos registrados, y el futuro no parece ofrecer un respiro.
Impacto en el clima y ecosistemas
La OMM advierte que el calentamiento global no solo afecta las temperaturas, sino que también tiene repercusiones en la economía, la vida diaria y los ecosistemas del planeta. Ko Barrett, vicepresidenta de la OMM, señala que el informe no trae buenas noticias en cuanto a la mejora de la situación climática, lo que podría traducirse en consecuencias negativas cada vez más severas.
Se anticipa que 2025 será un año clave para la acción contra el cambio climático. En noviembre, se llevará a cabo la COP30 en Belém, donde se revisarán los planes nacionales de reducción de emisiones, conocidos como NDCs, esenciales para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Este acuerdo, firmado en 2015, tiene como principal meta limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC, un límite considerado crucial para evitar los efectos más devastadores del cambio climático.
Las consecuencias del aumento de temperatura
Superar el límite de 1,5ºC no significa que la vida en la Tierra se extinguirá, pero las consecuencias para el clima y los ecosistemas se intensificarán. La OMM enfatiza que incluso un pequeño aumento en la temperatura puede afectar el desarrollo sostenible y la vida humana. A pesar de que 2024 podría ser el primer año en superar ese umbral, no significa que esta situación sea irreversible. Para que se considere que se ha superado este límite de forma definitiva, necesitaríamos 20 años de temperaturas en esos niveles.
Los datos más recientes indican que la media de calentamiento entre 2015 y 2034 se sitúa en 1,44ºC, y los efectos ya son palpables: olas de calor más intensas, patrones de lluvia alterados, sequías extremas y el deshielo de glaciares. Por ejemplo, se prevén «condiciones anormalmente secas» en la Amazonía entre mayo y septiembre de 2025 a 2029, mientras que zonas en el norte de Europa y el Sahel podrían experimentar un aumento en la humedad.
El futuro del Ártico y el hielo marino
La situación del Ártico es especialmente preocupante. Se prevé que el calentamiento en los próximos cinco inviernos supere tres veces la media global, alcanzando 2,4ºC por encima de los valores de 1991 a 2020. Esto tendrá un impacto directo en el hielo marino, que sufrirá reducciones significativas en su concentración, especialmente en los mares de Barents, Bering y Okhotsk entre marzo de 2025 y 2029.
La OMM ha dejado claro que el futuro del clima depende de las acciones que tomemos hoy. La comunidad internacional se enfrenta a un desafío monumental que requiere un compromiso colectivo y una acción urgente. Las decisiones que se tomen en las conferencias climáticas y las políticas de reducción de emisiones serán cruciales para determinar el rumbo del clima global en los años venideros.