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La realidad de las emendas de bancada
En Brasil, el uso de las emendas de bancada ha generado un intenso debate sobre su efectividad y transparencia. En el presupuesto de 2025, solo el 20% de los R$ 14,2 mil millones asignados se destinarán a obras, lo que plantea serias dudas sobre el cumplimiento de la normativa del STF (Supremo Tribunal Federal).
Este organismo ha insistido en que los recursos deben ser utilizados para proyectos estructurantes, pero la realidad muestra una tendencia a la fragmentación y a la individualización de los fondos.
Desviaciones en la asignación de recursos
Un estudio reciente de la Consultoría de Orçamento e Fiscalização Financeira de la Cámara de Diputados, solicitado por la diputada Adriana Ventura, revela que de cada R$ 5 destinados a emendas, R$ 4 se utilizarán para el mantenimiento de servicios o la compra de equipos.
Esta práctica, conocida como «rachadinha», permite a los parlamentarios repartir los fondos entre sus bases electorales, lo que contradice el espíritu de las emendas de bancada. La falta de claridad en la legislación sobre el carácter estratégico de estas emendas ha contribuido a esta situación, dificultando su aplicación práctica.
El impacto en la política local
La preferencia por el gasto en custeos y la adquisición de equipos se debe, en parte, a la dificultad que enfrentan los gobiernos locales para ejecutar proyectos de infraestructura. Mientras que los fondos para el mantenimiento de servicios se transfieren rápidamente, los destinados a obras suelen quedar sin utilizar debido a la lentitud en su ejecución.
Esto ha llevado a que los congresistas opten por distribuir recursos a los municipios, donde pueden obtener apoyo político a cambio. Este fenómeno ha llevado a un aumento del 303% en las transferencias a municipios en comparación con años anteriores, mientras que los fondos para los estados se han estancado.
Desafíos y críticas al sistema actual
A pesar de las críticas y de la legislación que busca mayor transparencia, los parlamentarios continúan encontrando formas de individualizar las emendas. La ley aprobada en diciembre establece que los recursos deben destinarse a proyectos estructurantes, pero en la práctica, muchos de estos fondos terminan en manos de aliados políticos. La diputada Ventura ha señalado que este sistema perpetúa la desigualdad en la distribución de recursos, donde algunos parlamentarios reciben millones mientras otros quedan sin nada. La falta de claridad en la legislación y la ambigüedad en la definición de proyectos estructurantes son obstáculos que deben ser abordados para mejorar la eficacia del sistema.
