El asesinato que conmocionó a São PauloEl asesinato de Antônio Vinícius Gritzbach, un corredor de bienes raíces, en noviembre de 2024, en el aeropuerto de Guarulhos, no es solo otro crimen en una ciudad marcada por la violencia. Este caso, que se despliega en más de 20 mil páginas de investigación, revela un enredo complejo de venganza y conexiones con facciones criminales.
Gritzbach fue objeto de un ataque mortal que, según las autoridades, fue motivado por su supuesta participación en la muerte de Anselmo Becheli Santa Fausta, conocido como Cara Preta, y su conductor, Antônio Corona Neto, en 2021. Ambos eran miembros del PCC, una de las facciones más temidas de Brasil.Los sospechosos y la trama del crimenLa investigación llevó a la identificación de seis sospechosos, incluidos policías militares, que supuestamente participaron en la planificación y ejecución del crimen.
Entre ellos, el cabo Denis Antonio Martins y el soldado Ruan Silva Rodrigues están acusados de disparar contra Gritzbach, mientras que el teniente Fernando Genauro da Silva habría conducido el vehículo utilizado en la fuga. La policía cree que estos policías fueron contratados debido a su experiencia y acceso a armamento, lo que plantea interrogantes sobre la corrupción dentro de las fuerzas de seguridad.
Además de ellos, Carlos Gongorra Castilho, conocido como Cigarreira, y Diego do Amaral Coelho, también están involucrados como autores intelectuales del crimen, revelando una red de alianzas peligrosas.La conexión con el PCC y el juego de poderEl asesinato de Gritzbach no es un evento aislado, sino parte de una lucha de poder dentro del PCC.
Él había sido arrestado anteriormente por sospecha de involucramiento en la muerte de Cara Preta, pero siempre negó las acusaciones. La investigación sugiere que Gritzbach tenía acceso a una cantidad significativa de dinero, alrededor de 100 millones de dólares, que Cara Preta le había confiado para invertir en criptomonedas.
La desaparición de esa suma y la posterior muerte de Cara Preta crearon un ambiente de desconfianza y venganza, culminando en el asesinato de Gritzbach. La policía también reveló que las joyas que llevaba en el momento de su muerte, valoradas en 1 millón de reales, pertenecían a Pablo Henrique Borges, un empresario con quien Gritzbach estaba en una disputa judicial.