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Adriana Bragança Dias da Silva fue una figura emblemática en el ámbito de la abogacía pública en Brasil. Desde joven, mostró una dedicación inquebrantable a su carrera, convirtiéndose en procuradora del estado de Río de Janeiro a los 23 años, un logro que la posicionó como la más joven en alcanzar tal puesto en su época.
Su trayectoria no solo se limitó a la práctica legal, sino que también se destacó por su liderazgo y compromiso con la justicia social.
Un legado de liderazgo y dedicación
Durante su carrera, Adriana ocupó importantes cargos, incluyendo la presidencia de la Aperj (Asociación de Procuradores del Estado de Río de Janeiro) y la vicepresidencia regional de la Asociación Nacional de Procuradores de los Estados y del Distrito Federal.
Su pasión por la abogacía pública la llevó a ser una de las voces más influyentes en el sector, especialmente durante la pandemia de Covid-19, donde se esforzó por mantener la conexión con sus colegas y asociados.
Una vida vivida con intensidad
Adriana no solo se destacó en su vida profesional, sino que también vivió cada momento con una intensidad admirable. Desde la reforma de su apartamento soñado hasta la planificación meticulosa de su boda en la Iglesia de São José, su vida estuvo marcada por la alegría y la generosidad.
Su esposo, João Ricardo Barroca Mendes, recuerda cómo su pasión por las celebraciones reflejaba su forma de vivir, siempre rodeada de amigos y familiares en experiencias memorables.
Un espíritu indomable ante la adversidad
En 2024, Adriana enfrentó un diagnóstico de cáncer agresivo.
A pesar de la adversidad, mantuvo su dignidad y fe, participando en momentos de oración y recibiendo la comunión hasta sus últimos días. Su esposo destaca que, aunque luchó intensamente, siempre lo hizo con serenidad y esperanza. Adriana falleció el 20 de septiembre de 2024, a los 53 años, rodeada del cariño de sus seres queridos, dejando un legado de amor y compromiso con la justicia.
