Un cambio necesario en la educación
La Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) ha dado un paso significativo hacia la equidad racial en su cuerpo docente. En una reciente reunión del Consejo Universitario, se aprobó un nuevo sistema que reserva un 30% de las vacantes para profesores negros, indígenas y quilombolas. Este cambio es crucial, ya que un informe reveló que el 91,7% de los cargos que deberían haber sido ocupados por personas negras fueron ocupados por no cotistas. En la última década, solo el 1,7% de los docentes contratados eran negros, cuando el número esperado debería haber sido de 228, lo que representa un 20% del total.
Desigualdad racial en el ámbito académico
La situación actual en la UFSC refleja una alarmante desigualdad racial. Solo el 9% de los profesores se identifican como negros, pardos o indígenas, mientras que el 91% se considera blanco o amarillo. Si la universidad continúa con su ritmo actual de contratación, se estima que alcanzará el mínimo legal de 20% en 2173, es decir, dentro de 148 años. Este panorama pone de manifiesto la urgencia de implementar políticas efectivas que promuevan la inclusión y la diversidad en el ámbito académico.
Obstáculos en el acceso a la educación
Según la psicóloga y abogada Lia Vainer Schucman, integrante de la comisión que elaboró el diagnóstico, existen obstáculos subjetivos que dificultan el acceso de personas negras a las vacantes docentes. Se menciona la existencia de un ‘concurso oculto’, donde información privilegiada circula en redes internas, favoreciendo a ciertos candidatos. Además, la falta de bibliografía específica y la subjetividad en las evaluaciones de las pruebas didácticas son factores que limitan la efectividad de las cotas. Para abordar estas cuestiones, el grupo de trabajo propuso dos modelos: uno que reservaba el 100% de las vacantes para personas de grupos subrepresentados y otro, más conservador, que establece una reserva fija del 30%.
Proyecciones y futuro de la inclusión
Finalmente, el Consejo Universitario optó por la segunda propuesta, que permitirá alcanzar la meta del 30% en 2043. Aunque este enfoque es más conservador, representa un avance en la lucha por la equidad racial en la educación superior. La implementación de estas políticas no solo beneficiará a los grupos históricamente marginados, sino que también enriquecerá el entorno académico, promoviendo una diversidad que es esencial para el desarrollo social y cultural del país.



