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La reciente desregulación dentro del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) ha generado un clima de preocupación en el sector vitivinícola argentino. Más de 900 regulaciones han sido derogadas, lo que ha llevado a diversas entidades a expresar su inquietud sobre el impacto de estos cambios en la trazabilidad del vino argentino. En respuesta, la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (ACOVI) ha enviado una carta al ministro de Economía, Luis Caputo, solicitando la preservación de instrumentos fundamentales para asegurar la calidad y la transparencia en la producción vitivinícola.
Impacto de la desregulación en la trazabilidad
La resolución INV 37 introduce modificaciones significativas que han reducido los controles intermedios y flexibilizado certificaciones históricas. Según los firmantes de la carta, esta desregulación afecta de manera directa la trazabilidad integral de la industria vitivinícola, un sistema que ha sido cuidadosamente construido a lo largo del tiempo. Los mecanismos de trazabilidad son esenciales para garantizar la transparencia y la seguridad en todos los eslabones de la cadena de producción.
Instrumentos clave para la trazabilidad
En la misiva, se destacan dos herramientas fundamentales: la Declaración Jurada de Ingreso de Uva (CIU) y la Declaración Jurada Anual de Elaboración (CEC 05). La CIU, considerada la piedra angular de la producción primaria, proporciona una constancia fehaciente del ingreso de uvas a las bodegas, especificando detalles como el peso y la variedad. Esta declaración es crucial, ya que su obligatoriedad asegura la transparencia y la seguridad jurídica, especialmente para los productores que operan bajo el régimen de maquila.
Por su parte, el CEC 05 garantiza la continuidad de la información registrada en el CIU, permitiendo llevar un control preciso de los volúmenes elaborados y los derechos de propiedad de los productores. Sin estas herramientas, advierten los firmantes, la trazabilidad se vería fragmentada, lo que generaría incertidumbre y afectaría la seguridad jurídica de miles de productores.
La unión del sector vitivinícola
Las preocupaciones expresadas en la carta fueron respaldadas no solo por ACOVI, sino también por los ministros de Producción de varias provincias vitivinícolas, como Salta, La Rioja y Mendoza, así como por otras entidades representativas del sector. Esta amplia colaboración demuestra que la inquietud sobre la desregulación trasciende la región de Cuyo y afecta a toda la geografía vitivinícola del país.
La importancia de la trazabilidad en el mercado global
En un mercado competitivo y cada vez más exigente, garantizar la calidad y autenticidad del vino argentino es fundamental. La trazabilidad no solo protege los intereses de los productores, sino que también ayuda a mantener la integridad estadística del INV, lo que es vital para la toma de decisiones y la planificación del sector. La eliminación de registros como el CIU y el CEC 05 podría resultar en una pérdida de estándares internacionales de control, poniendo en riesgo el posicionamiento del vino argentino en el extranjero.
La carta firmada por los ministros y las entidades del sector vitivinícola subraya que la eliminación de mecanismos de control debilita gravemente la infraestructura de la trazabilidad, lo que podría tener consecuencias nefastas para la cadena de producción. De no tomarse medidas, advierten, se podría llegar a un punto donde la calidad del vino argentino se vea comprometida.
Próximos pasos del sector vitivinícola
Ante la falta de respuesta satisfactoria por parte del INV, las entidades vitivinícolas han decidido llevar su solicitud al Ministerio de Economía, donde esperan que se escuche su llamado a la acción. La continuidad de la CIU y del CEC 05 es considerada indispensable para asegurar una trazabilidad sólida y verificable en toda la cadena de valor del vino. La comunidad vitivinícola se mantiene unida en su lucha por proteger no solo la calidad del vino argentino, sino también los derechos de todos los actores involucrados en su producción.
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