La tormenta tropical Dalila se desató con fuerza, dejando una estela de destrucción en Guerrero el fin de semana. Puentes colapsados, playas dañadas y cortes de energía marcaron un episodio crítico en la costa suroeste de México. Desde el viernes, cuando Dalila se formó en el Pacífico, su avance paralelo a la costa mexicana trajo consigo lluvias torrenciales, alcanzando entre 75 y 150 milímetros en varios estados, desde Chiapas hasta Nayarit.
Destrucción y caos en las costas
A pesar de que la tormenta no alcanzó la categoría de huracán, su impacto fue devastador. Guerrero fue la región más afectada, con lluvias que azotaron la costa durante más de 15 horas. Testigos hablaban de vientos huracanados y olas de hasta cinco metros que golpeaban la orilla. La conexión entre el centro de Guerrero y la región de Costa Chica se vio interrumpida tras el colapso del puente de Omitlán, mientras varias ciudades costeras quedaban sumergidas por las inundaciones.
Refugio y evacuaciones
Las imágenes que llegaban de Coyuca de Catalán, Ciudad Altamirano y Ajuchitlán eran desgarradoras. Tejados volando y árboles caídos retrataban la magnitud del desastre. Los residentes se vieron obligados a buscar refugio en albergues, mientras que algunas localidades quedaron completamente aisladas. Cerro Prieto de Atoyac, al noreste de Acapulco, se convirtió en un símbolo del sufrimiento, con sus habitantes sin electricidad durante todo el fin de semana.
Daños en la infraestructura turística
Acapulco, famoso por sus playas y restaurantes, no quedó al margen. Al menos cinco restaurantes costeros sufrieron daños significativos y la carretera Acapulco-Pinapotepa fue cerrada por varias horas. Además, el distrito Diamante, conocido por sus lujosos condominios, reportó la destrucción de al menos 50 viviendas. Las carreteras en las zonas montañosas de Guerrero también fueron arrastradas por las lluvias, complicando aún más la situación.
Un giro en la tormenta
Para la noche del domingo, la lluvia comenzó a disminuir y el Centro Nacional de Huracanes (NHC) declaró a Dalila como una tormenta post-tropical. Sin embargo, la advertencia sobre olas altas y marejadas continuaba vigente. En un giro inesperado, el NHC pronosticó que la tormenta se alejaría de la costa mexicana, pero los vientos sostenidos aún representaban un riesgo. A las 8 p.m. del domingo, Dalila había disminuido su fuerza a 35 mph, y se esperaba que se disipara para la tarde del martes o la mañana del miércoles.