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Contexto actual de las protestas en Argentina
La situación en Argentina se ha vuelto cada vez más tensa, especialmente con la llegada de nuevas movilizaciones que buscan visibilizar las demandas de sectores vulnerables, como los jubilados. Este miércoles, se espera una marcha masiva en el Congreso, donde se anticipa la participación de grupos vinculados al kirchnerismo y otras fuerzas políticas.
La preocupación del gobierno de Javier Milei es palpable, ya que se teme que la cantidad de manifestantes «violentos» aumente, lo que podría desestabilizar aún más la ya frágil gobernabilidad.
La respuesta del gobierno ante la crisis social
Las autoridades de Seguridad han convocado reuniones reservadas para ajustar la planificación táctica ante lo que se prevé como una manifestación significativa.
La falta de una respuesta contundente a las movilizaciones anteriores ha generado nerviosismo dentro del oficialismo, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la estrategia de seguridad. La Policía Federal, por ejemplo, no ha vallado el perímetro de la Casa de Gobierno, lo que ha sorprendido a muchos, dado el clima de tensión que se vive.
El papel de la oposición y el kirchnerismo
La oposición, liderada por el kirchnerismo, ha intensificado su postura crítica hacia el gobierno de Milei, acusándolo de represivo. La reciente herida grave a un fotógrafo durante una protesta ha sido utilizada como un símbolo de la violencia que se vive en las calles.
Este incidente ha llevado a un llamado a la acción por parte de agrupaciones de izquierda, que ven en la represión una amenaza a la democracia. La situación se complica aún más con el año electoral a la vista, lo que podría avivar aún más las llamas de la protesta social.
Proyecciones futuras y el clima electoral
Con el año electoral asomando, las tensiones sociales podrían intensificarse. La posibilidad de un paro general por parte de la CGT se suma a la incertidumbre, ya que se prevé que la central obrera anuncie su tercer paro contra el gobierno de Milei. La situación es crítica y el gobierno debe actuar con cautela para evitar que las protestas se conviertan en un fenómeno incontrolable. La falta de consenso dentro del gabinete sobre cómo manejar estas crisis podría ser un factor determinante en el futuro político del país.
