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La crisis de la UCR: un panorama complicado
La Unión Cívica Radical (UCR) se encuentra en medio de una crisis interna que amenaza con fracturar su unidad. Tras un intenso cruce de acusaciones entre Martín Lousteau y Maximiliano Abad en la comisión de Acuerdos del Senado, las tensiones han escalado, poniendo en jaque la cohesión del bloque radical.
Este conflicto surge en un momento crítico, ya que se avecina una sesión decisiva donde se discutirán los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, candidatos propuestos por el Gobierno para ocupar cargos en la Corte Suprema de Justicia.
Acusaciones y reacciones
El enfrentamiento comenzó cuando Lousteau, líder del Comité Nacional de la UCR, acusó a sus colegas de ser «hipócritas» por no asistir a la reunión de Acuerdos después de alcanzar el quórum. Esta declaración desató una serie de reacciones, con Abad respondiendo que aquellos que critican al kirchnerismo son los mismos que han estado involucrados con él.
Este tipo de acusaciones no solo revela la fractura interna, sino que también pone de manifiesto la lucha por el control y la dirección del partido.
Desafíos a la unidad del bloque
La situación se complica aún más con la convocatoria a una reunión del bloque para discutir la postura del partido respecto a los pliegos y el DNU relacionado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Lousteau ha desafiado a sus correligionarios a dar quórum para rechazar las nominaciones, lo que podría llevar a una mayor división. Además, la decisión de la mesa nacional del partido de convocar a la Convención Nacional ha generado reacciones encontradas, evidenciando la falta de diálogo entre los diferentes sectores de la UCR.
Un futuro incierto para la UCR
Con las elecciones de octubre a la vista, el radicalismo se enfrenta a un futuro incierto. La falta de consenso y las disputas internas podrían debilitar su posición en el escenario político. La UCR necesita encontrar una forma de reconciliar sus diferencias y trabajar en conjunto si desea mantener su relevancia en la política argentina. La situación actual no solo afecta a los senadores, sino que también tiene repercusiones en la base del partido y en su capacidad para atraer a nuevos votantes.