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Un malentendido que sorprendió a todos
La historia de Petko Ganchev, un exfutbolista búlgaro de 78 años, ha capturado la atención de muchos tras un insólito error de comunicación. Mientras regresaba a casa después de un día de trabajo, Ganchev se encontró en medio de un drama inesperado: su club, el Arda Kardzhali, había anunciado su muerte antes de un partido oficial.
La confusión se desató cuando su esposa, Nadya, lo llamó desesperada, informándole que había sido declarado muerto en la televisión. Este giro surrealista de los acontecimientos no solo dejó a Ganchev atónito, sino que también provocó risas y reflexiones sobre la fragilidad de la vida.
La reacción de un goleador ante la adversidad
En lugar de enojarse por la situación, Ganchev decidió tomarlo con humor. «Nunca me pierdo los partidos de Arda en la televisión», comentó, mientras relataba cómo había llegado tarde a casa, justo cuando se desató el caos.
Al enterarse de la noticia, no pudo evitar reírse y, en un gesto de celebración de su propia vida, se sirvió un poco de brandy. La anécdota se volvió viral, y las redes sociales se inundaron de mensajes de apoyo y confusión, mientras el exgoleador desmentía su propia muerte.
Un legado en el fútbol búlgaro
Ganchev, quien se destacó como goleador en el Arda, recordó su trayectoria en el fútbol, desde sus inicios en el Botev Galabovo hasta su paso por el Beroe y su consagración en el Arda.
A pesar de no llevar estadísticas, estima haber anotado alrededor de 120 goles a lo largo de su carrera. Su amor por el fútbol sigue intacto, y a sus 78 años, se siente afortunado de seguir disfrutando del deporte que lo ha acompañado toda su vida. «A veces pasan cosas así», reflexionó, mostrando una actitud positiva ante la adversidad.
La importancia de la comunidad y la familia
Más allá del fútbol, Ganchev valora profundamente su vida familiar. Vive en un pequeño pueblo cerca de Radnevo, donde disfruta de la tranquilidad y la compañía de su esposa y sus hijos. La vida en el campo, rodeado de naturaleza, le ha permitido mantener un equilibrio entre su pasión por el fútbol y su vida personal. «Plantamos frutas y verduras, todo como debe ser», dice con orgullo. Su historia no solo es un recordatorio de la fragilidad de la vida, sino también de la importancia de la comunidad y el apoyo familiar en momentos inesperados.
