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La lucha por la representación en los medios
ha sido un tema de debate constante, especialmente en un país donde la diversidad cultural es inmensa. A pesar de esto, las religiones de matriz africana, como el candomblé y la umbanda, han enfrentado una notable exclusión de los espacios mediáticos.
Esta situación no solo refleja una falta de visibilidad, sino que también perpetúa la intolerancia religiosa y la violencia simbólica contra la población negra.
La hegemonía cristiana en los medios
Durante décadas, las concesiones de radio y televisión en Brasil han estado dominadas por grupos religiosos cristianos.
Esto ha llevado a que las narrativas de las religiones afrobrasileñas queden relegadas a un segundo plano, limitando su capacidad de expresión y visibilidad. La situación se agrava cuando los líderes de estas religiones dependen de invitaciones esporádicas a programas de televisión, que a menudo están bajo el control de presentadores que no comprenden ni respetan sus tradiciones.
El Carnaval como espacio de resistencia
A pesar de las barreras, el Carnaval se ha convertido en un espacio de resistencia y celebración de la cultura negra. Durante esta festividad, las escuelas de samba han comenzado a rendir homenaje a los orixás y a las tradiciones afrobrasileñas, llevando estas narrativas a la televisión.
Este año, los nombres de figuras como Exu y Iansã resonaron en las pantallas, mostrando un avance significativo en la representación de la cultura negra. La Beija-Flor, por ejemplo, celebró a sus ancestros y destacó la importancia de la herencia africana en su desfile, lo que representa un paso hacia la inclusión y el respeto por la diversidad cultural.
Desafíos y perspectivas futuras
A pesar de estos avances, la lucha por una representación equitativa en los medios continúa. La falta de recursos y oportunidades para la población negra, resultado de siglos de desigualdad, sigue siendo un obstáculo. Sin embargo, la creciente visibilidad de las tradiciones afrobrasileñas durante eventos como el Carnaval sugiere que hay un camino hacia adelante. Es crucial que los medios de comunicación reconozcan su responsabilidad de representar todas las voces de la sociedad brasileña, garantizando un espacio donde cada cultura y religión pueda ser celebrada y respetada.