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Un vínculo desgastado
La relación entre Tarcísio de Freitas, gobernador de São Paulo, y su principal aliado político, Gilberto Kassab, presidente del PSD, ha entrado en una fase de tensión. A medida que se acercan las elecciones, las diferencias entre ambos se hacen más evidentes.
Kassab, quien ha sido un aliado clave, ha sido criticado por su exposición en las negociaciones electorales, lo que contradice el intento de Tarcísio de mantener una distancia pública del proceso electoral. Esta situación ha llevado a rumores sobre la influencia que Kassab cree tener en el gobierno, un poder que Tarcísio parece cuestionar.
El evento que marcó la ruptura
El desprestigio de Kassab se hizo palpable durante un evento reciente donde Tarcísio se reunió con 600 alcaldes. A pesar de que Kassab estaba presente, su nombre fue omitido en el discurso del gobernador, lo que generó especulaciones sobre su rol en la administración.
Este desaire no solo refleja el deterioro de su relación, sino que también pone en evidencia la lucha interna por el poder dentro del gobierno paulista. Kassab, que había logrado un fortalecimiento tras las elecciones municipales, ahora se enfrenta a un panorama complicado donde sus aspiraciones políticas pueden estar en juego.
Ambiciones políticas en conflicto
Las tensiones entre Tarcísio y Kassab se intensifican en un contexto electoral cambiante. Mientras Kassab había propuesto ser el compañero de fórmula de Tarcísio en una posible reelección, el gobernador ha comenzado a recibir presiones para considerar su propia candidatura presidencial.
Esta situación ha dejado a Kassab en una posición vulnerable, ya que sus posibilidades de ser vice se ven cada vez más limitadas. La caída de popularidad de figuras como Lula y la incertidumbre en torno a Bolsonaro han llevado a muchos a ver a Tarcísio como un candidato viable, lo que desagrada a Kassab y complica aún más su relación.
La respuesta de Kassab
Ante la creciente tensión, Kassab ha intentado distanciarse de las acusaciones de que busca influir en el gobierno. En declaraciones recientes, enfatizó que su partido, el PSD, se posiciona en el centro de la política y que no busca aprovecharse de su relación con Tarcísio para avanzar sus propios intereses. Sin embargo, las palabras de Kassab parecen no ser suficientes para calmar las aguas, ya que sus acciones y la percepción pública sugieren lo contrario. La lucha por el poder y la influencia en el gobierno de São Paulo continúa, dejando a ambos políticos en una encrucijada que podría definir sus futuros políticos.
