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La reciente conferencia de prensa de la presidenta Claudia Sheinbaum ha revelado algo que muchos ya sospechábamos: existe una fuerte demanda por una tarjeta bancaria del gobierno destinada a los mexicanos que residen en los Estados Unidos. Pero, ¿realmente esta iniciativa responde a las necesidades de los migrantes o es simplemente un intento de marketing político? En un contexto donde las remesas son cruciales para la economía mexicana, vale la pena adentrarse en los números detrás de esta propuesta y su viabilidad a largo plazo.
Un vistazo a los números
Durante la conferencia, Sheinbaum mencionó que aproximadamente 50,000 mexicanos han solicitado la tarjeta Finabien, aunque no ofreció cifras sobre cuántos ya la han recibido. La distribución de estas tarjetas comenzó hace apenas una semana, lo que plantea dudas sobre la efectividad y aceptación de la iniciativa. Es interesante notar que el 70% de las remesas que llegan a México se envían electrónicamente, mientras que el 30% restante se realiza a través de pequeños comercios en EE. UU. Esto sugiere que, aunque la tarjeta podría facilitar las transacciones electrónicas, no necesariamente resolverá todos los problemas que enfrentan los migrantes al enviar dinero a casa.
Los datos de crecimiento económico también cuentan una historia diferente a la presentada por el gobierno. Aunque se reportó un crecimiento del PIB del 0.7% en el segundo trimestre de 2025, esta cifra puede no reflejar con precisión la realidad económica de la población. Los indicadores de bienestar, como el nivel de salarios y la reducción de la pobreza, son igual de importantes y, según algunos críticos, no están mejorando al mismo ritmo que el crecimiento del PIB. ¿No te parece que hay algo desfasado en esta narrativa?
Estudios de caso y lecciones aprendidas
He visto demasiadas startups fallar por no entender a su cliente y lanzar productos sin un ajuste claro al mercado. La historia de Finabien no es diferente. La promesa de una tarjeta bancaria puede sonar atractiva, pero si no se acompaña de una estrategia sólida que responda a las necesidades reales de los migrantes, podría caer en el olvido, tal como ha sucedido con otras iniciativas gubernamentales en el pasado. Es crucial que los fundadores y gerentes de producto comprendan que el Product-Market Fit (PMF) no es solo un objetivo, sino un proceso continuo que requiere adaptación y aprendizaje constante.
La situación de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa también resalta la necesidad de un enfoque más holístico en las políticas gubernamentales. A pesar de los avances tecnológicos y los nuevos métodos de investigación, la falta de resultados tangibles en la búsqueda de justicia deja a muchas familias en un estado de incertidumbre y frustración. Esto subraya la importancia de no solo enfocarse en las estadísticas, sino también en el impacto humano de las políticas. ¿Estamos realmente haciendo lo suficiente?
Conclusiones y acciones recomendadas
Para los fundadores y gerentes de producto, la lección aquí es clara: es fundamental conocer a tu cliente y su contexto. No basta con ofrecer una solución; es necesario asegurarse de que esta realmente satisfaga una necesidad existente. En el caso de la tarjeta Finabien, el éxito dependerá de su capacidad para adaptarse a las realidades del mercado y de los usuarios a los que pretende servir.
Los líderes deben estar dispuestos a cuestionar las métricas de éxito tradicionales y considerar un enfoque más integral que incluya la reducción de la pobreza y la mejora del bienestar general. El crecimiento económico es importante, pero no debe ser el único indicador de éxito. Al final del día, lo que realmente importa es el impacto positivo que podemos generar en la vida de las personas. ¿No crees que es hora de poner a las personas en el centro de la conversación?
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