La pobreza de tiempo y su impacto en las mujeres en Brasil

En Brasil, la lucha contra la pobreza no se limita a la falta de recursos económicos. La pobreza de tiempo es un fenómeno que afecta desproporcionadamente a las mujeres, quienes a menudo asumen la carga del trabajo de cuidado no remunerado. La secretaria nacional de Política de Cuidados y Familia, Laís Wendel Abramo, destaca que este tipo de pobreza está intrínsecamente ligado a la responsabilidad de realizar tareas invisibles, como el cuidado de los niños y ancianos, lo que limita las oportunidades de las mujeres en el ámbito laboral y educativo.

Desigualdad en la distribución de tareas

Según datos del IBGE, en 2022, las mujeres brasileñas dedicaron el doble de tiempo que los hombres a las tareas domésticas. Esta desigualdad no solo tiene repercusiones en la vida personal de las mujeres, sino que también impacta negativamente en su situación económica. La falta de tiempo para dedicarse a actividades remuneradas o de desarrollo personal perpetúa un ciclo de pobreza que es difícil de romper. Abramo enfatiza la necesidad de una transformación cultural en las familias y cambios legislativos que reconozcan y valoren el trabajo de cuidado.

Políticas públicas y el futuro del cuidado

La reciente sanción de la Política Nacional de Cuidados es un paso significativo hacia la creación de un marco que aborde tanto las necesidades de quienes reciben cuidados como de quienes los brindan. Esta política propone un Plan Nacional de Cuidados, que busca garantizar derechos y mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras del hogar. Sin embargo, Abramo señala que aún hay desafíos por enfrentar, como la falta de reconocimiento de los derechos laborales de las trabajadoras que no tienen un vínculo formal con sus empleadores.

Corresponsabilidad y cambio cultural

Para abordar la pobreza de tiempo, es fundamental promover la corresponsabilidad en el trabajo de cuidado. Si las tareas se distribuyen equitativamente entre hombres y mujeres, las mujeres podrán recuperar tiempo para su desarrollo personal y profesional. Además, el acceso a servicios públicos de calidad, como guarderías y centros de atención, es crucial para aliviar la carga de cuidado que recae sobre las mujeres. La implementación de estas políticas no solo beneficiará a las mujeres, sino que también contribuirá al desarrollo económico y social del país.

En conclusión, la pobreza de tiempo es un problema que requiere atención urgente. Las políticas públicas deben enfocarse en reconocer y valorar el trabajo de cuidado, promoviendo un cambio cultural que permita a las mujeres acceder a oportunidades equitativas en todos los ámbitos de la vida.