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¿Qué es la pejotización?
La pejotización es un fenómeno que ha cobrado relevancia en Brasil, especialmente en el contexto de la reforma laboral de 2017. Este término se refiere a la práctica de convertir a trabajadores en propietarios de pequeñas empresas (MPE) para reducir costos laborales y tributarios.
En lugar de ser empleados con derechos laborales, estos trabajadores se convierten en socios de sus propias empresas, lo que les permite evadir ciertas obligaciones fiscales y laborales. Este cambio ha generado un debate intenso sobre sus implicaciones en la economía y la recaudación de la seguridad social.
Las consecuencias fiscales de la pejotización
Uno de los aspectos más preocupantes de la pejotización es su impacto en la recaudación de la seguridad social. Cuando un trabajador es contratado como empleado, la empresa debe contribuir a la seguridad social y pagar impuestos sobre la nómina.
Sin embargo, cuando este mismo trabajador se convierte en socio de una MPE, la carga tributaria se reduce significativamente. Por ejemplo, para un servicio valorado en R$ 70 mil, la carga tributaria para un empleado sería de aproximadamente R$ 34.924,76, mientras que para un socio de una MPE, esta cifra podría bajar a R$ 12.713,84.
Esta diferencia se amplía aún más con ingresos mayores, lo que representa una pérdida considerable para el sistema de seguridad social.
El dilema de la subcontratación
La subcontratación ha sido un tema controvertido en Brasil. Antes de la reforma laboral, solo se permitía la subcontratación de actividades secundarias.
Sin embargo, con la nueva legislación, las empresas pueden subcontratar también actividades centrales. Esto ha llevado a un aumento en la contratación de MPE que, a menudo, son operadas por un solo propietario. Esta situación crea una zona gris en la que es difícil determinar si existe un vínculo laboral legítimo o si se está utilizando la pejotización como un medio para eludir responsabilidades laborales. La falta de claridad en la legislación y la interpretación de los tribunales han complicado aún más este escenario.
Desafíos para la regulación
Abordar el problema de la pejotización no es sencillo. Es fundamental reconocer que existe un problema y que la confusión en torno a la legalidad de estas prácticas puede llevar a abusos. Aunque se han tomado medidas para corregir casos extremos de fraude, la realidad es que la pejotización sigue siendo una práctica común. Para que la regulación sea efectiva, es necesario repensar los regímenes simplificados y establecer criterios claros que limiten su uso a situaciones justificables. Solo así se podrá garantizar que la subcontratación se base en razones económicas legítimas y no en la evasión de responsabilidades laborales.