Un Papa Apasionado por el Fútbol
El Papa Francisco, quien asumió su papel en 2013, siempre ha sido conocido no solo por su liderazgo espiritual, sino también por su profunda pasión por el fútbol. A diferencia de su predecesor, que adoraba a Mozart, Francisco ha declarado en varias ocasiones que para él, «el fútbol es el juego más hermoso del mundo». Esta afirmación va más allá de un simple gusto personal; el Papa ha utilizado el deporte como una herramienta para educar y difundir mensajes de paz. Desde la Argentina, su país natal, ha compartido un amor especial por jugadores como Lionel Messi y Diego Maradona, quienes han sido figuras icónicas en el deporte a nivel mundial.
Encuentros Memorables en el Vaticano
A lo largo de su papado, Francisco ha recibido a numerosas estrellas del fútbol en el Vaticano, intercambiando camisetas y balones en gestos de camaradería. La admiración ha sido recíproca; tras el fallecimiento del Papa, Messi utilizó su cuenta de Instagram para rendir homenaje, describiéndolo como un «Papa diferente, cercano, argentino». Estos encuentros no solo han sido momentos de celebración, sino también oportunidades para que el Papa comparta su visión sobre el impacto social del fútbol.
El Fútbol como Herramienta de Cambio
Francisco ha dejado claro que el fútbol trasciende el entretenimiento; lo ve como un medio para fomentar la paz y la educación. En 2014, promovió un partido interreligioso por la paz en el estadio olímpico de Roma, donde diferentes comunidades se unieron a través del deporte. A pesar de los escándalos de corrupción que han plagado el mundo del fútbol, el Papa cree firmemente que el deporte puede ser un catalizador para el cambio social. Su mensaje ha sido claro: «El fútbol debe ser un espacio de solidaridad y responsabilidad social».
Memorias de un Joven Jugador
Francisco a menudo recuerda su infancia en Buenos Aires, donde jugaba al fútbol en las calles con un balón hecho de trapos. Aunque se consideraba un jugador mediocre, su amor por el deporte nunca flaqueó. Recuerda con cariño las tardes en el estadio de San Lorenzo, su club favorito, donde asistía con su padre y hermanos. Este amor por el fútbol se mantuvo intacto incluso después de convertirse en Papa, lo que generó controversia cuando aceptó una tarjeta de membresía de Boca Juniors, el club rival.
Un Legado que Perdura
El impacto de Francisco en el mundo del fútbol es significativo. Su visión va más allá de lo deportivo; busca inspirar a las generaciones jóvenes a utilizar el fútbol como una plataforma para la paz. El Papa ha instado a los jugadores a considerar sus «responsabilidades sociales» y a no dejarse atrapar por el mercantilismo que a menudo rodea al deporte. En sus discursos, recuerda a los futbolistas sobre la importancia de ser modelos a seguir y de usar su influencia para el bien.
Un Encuentro con la Historia del Fútbol
El amor del Papa por el fútbol no solo se refleja en su vida personal, sino también en su interés por la historia del deporte. En su autobiografía, dedicó un capítulo entero a Diego Maradona, el legendario jugador argentino. A pesar de sus controversias personales, Maradona es recordado por su increíble talento en el campo, y Francisco se ha mostrado tanto admirador como crítico de su vida fuera del fútbol. En un diálogo sobre quién es el mejor jugador, entre Maradona y Messi, Francisco señaló las virtudes de ambos, destacando que cada uno tenía su propia grandeza en el terreno de juego.
La Importancia de la Conexión Humana
La capacidad del Papa Francisco para conectar con las personas a través del fútbol es testimonio de su carácter humano y su deseo de unir a la gente. Como dijo Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, su amor por el fútbol fue una muestra de su «espíritu alegre» y su habilidad para conectar con los demás. En un mundo donde el deporte a menudo se ve como una mera competencia, Francisco ha recontextualizado el fútbol como un camino hacia la unidad y la paz.