La noche del 24 de octubre de 2025, la Orquestra Sinfónica Heliópolis hizo vibrar el escenario principal de la Virada Cultural en el emblemático Valle de Anhangabaú, marcando el inicio de un evento lleno de música y cultura. Con un retraso de 40 minutos, el maestro adjunto Edilson Ventureli comenzó la velada, agradeciendo la oportunidad de representar a su comunidad. «Es una honra venir de la favela para abrir la Virada y mostrar que todo el mundo puede ser lo que quiera», afirmó con entusiasmo antes de interpretar uno de los clásicos del repertorio brasileño, «Dona Flor e Seus Dois Maridos».
Un repertorio lleno de energía y nostalgia
Simoninha, hijo del legendario Wilson Simonal, fue el primer artista en subir al escenario. Con su carisma, logró conectar rápidamente con el público, interpretando clásicos como «Não Deixe o Samba Morrer» y «Sá Marina». En un momento especial, rindió homenaje al samba paulista con «Trem das Onze» de Adoniran Barbosa. La energía en el aire era palpable, y la audiencia comenzó a moverse al ritmo de la música, disfrutando del espectáculo.
La actuación de Simoninha fue un verdadero homenaje a la música popular brasileña, que incluso incluyó un medley de «Não Quero Dinheiro» de Tim Maia y «Dancing Days» de Lulu Santos. La combinación de ritmos y melodías hizo que el público se levantara de sus asientos, creando una atmósfera festiva. Pero el momento más esperado llegó cuando Luciana Mello, a las 18:10, se unió al escenario. Con «Disparada» de Zé Ramalho, y «Eu Só Quero Te Namorar» de Leci Brandão, su voz resonó en el corazón de todos, mientras imágenes de diversas parejas, incluidos gays y lesbianas, se proyectaban en la pantalla detrás de ella.
Un inicio con altibajos técnicos
A pesar de la emoción, hubo críticas sobre la calidad técnica del evento. Los telones, con una resolución baja y un notable retraso en la transmisión de imágenes, se convirtieron en un punto negativo. El sonido del escenario, no obstante, fue un punto a favor, permitiendo que todos, incluso aquellos situados lejos del escenario, pudieran disfrutar de la música. La audiencia seguía entusiasmada mientras Luciana Mello mantenía la energía al interpretar temas como «Simples Desejo» y «Resiste e Samba», cerrando su actuación con «Deixa Isso pra Lá» y «Assim que se Faz».
La fiesta continúa
Antes de que el show de la orquesta terminara, muchos asistentes ya esperaban en la primera fila para disfrutar del DJ Marlon Beat, quien comenzó a tocar inmediatamente después de la despedida de la Orquestra. La energía seguía en aumento, y no era difícil ver cómo la música unía a todos en el lugar. La Virada Cultural, un evento que celebra la diversidad y la cultura, se reafirma como un punto de encuentro donde la música y la comunidad se entrelazan de maneras sorprendentes.
En un mundo donde la cultura a menudo se ve amenazada por la rapidez de la vida moderna, eventos como la Virada Cultural son un recordatorio poderoso de la importancia de nuestras raíces y la expresión artística. En tiempos como estos, es esencial celebrar la diversidad y la creatividad que nos rodea. A medida que la noche avanzaba, la sensación de comunidad y pertenencia se hacía más fuerte, dejando a todos los presentes con ganas de más.
Reflexiones finales sobre el evento
La Virada Cultural no solo es una fiesta de música, es un espacio donde se pueden escuchar las voces de diferentes comunidades, donde cada nota suena como un eco de historias pasadas y esperanzas futuras. Es un momento para reflexionar sobre la importancia de la cultura en nuestras vidas y cómo a través de la música podemos encontrar un camino hacia la unidad.