La situación actual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un tema candente, especialmente tras la decisión de Estados Unidos de no pagar sus cuotas de membresía. Este hecho ha creado un nubarrón sobre el futuro de la organización, que enfrenta un déficit de 1.7 mil millones de dólares en sus planes de gasto para 2026-2027. La reunión anual de la Asamblea Mundial de la Salud, que comenzó el lunes, se centra en esta crisis financiera y sus posibles repercusiones en la salud global.
La reunión de la OMS y sus desafíos inmediatos
El encuentro, que se extenderá hasta el 27 de mayo, ha visto la ausencia de delegados clave como los de Estados Unidos y Argentina. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, inauguró la asamblea con un llamado a los países para que respalden un acuerdo pandémico diseñado para prevenir crisis futuras similares a la del Covid-19. Y aquí es donde se pone tensa la situación. Mientras algunos países avanzan hacia una mayor cooperación en salud, otros, como EE.UU., parecen dar un paso atrás.
El acuerdo, que busca mejorar la vigilancia pandémica y el acceso a vacunas, fue finalizado el mes pasado tras más de tres años de negociaciones. Sin embargo, la administración Trump, que ya ha tomado decisiones controversiales respecto a la OMS, no participó en estas conversaciones y ha decidido congelar prácticamente toda la ayuda internacional, lo que incluye un recorte significativo del apoyo a proyectos de salud a nivel mundial. Una decisión que no solo afecta a la OMS, sino que podría tener repercusiones en la salud de millones.
Las implicaciones de la falta de financiamiento
La crisis financiera en la OMS no es solo un número en un papel; es una realidad que podría poner en peligro miles de empleos y la capacidad de la organización para operar de manera efectiva. Tedros ha expresado su preocupación por la necesidad de recortar gastos, sugiriendo que la OMS podría buscar reducir sus costos salariales en un 25% y contemplar la posibilidad de externalizar algunos servicios a ciudades más económicas. Es un panorama desolador, ¿no crees?
Durante esta semana, la asamblea también tendrá que decidir si se incrementan las cuotas de membresía de la OMS en un 20%. Este aumento no es trivial; en 2022 ya se había acordado un incremento escalonado que llevaría las cuotas a un 50% de un presupuesto que actualmente depende en gran medida de donaciones voluntarias. Tedros, con un tono que mezcla la urgencia y la esperanza, ha apelado a los delegados para que aprueben esta nueva alza, argumentando que es un paso crucial hacia la sostenibilidad financiera y la independencia de la OMS. Pero, ¿hasta qué punto los países estarán dispuestos a ceder en sus presupuestos? Esa es la cuestión.
Un futuro incierto para la salud global
A pesar de que la OMS ha recortado su presupuesto de 5.3 mil millones a 4.2 mil millones de dólares para el período 2026-2027, aún necesita encontrar 1.7 mil millones para equilibrar sus cuentas. La situación es alarmante y plantea preguntas inquietantes sobre el futuro de la salud global. ¿Qué pasará si no se logran los financiamientos necesarios? La falta de recursos podría llevar a un retroceso en los avances alcanzados en salud pública y prevención de enfermedades.
En medio de todo esto, hay un encuentro de donantes programado para el martes. Será un momento crucial, donde se espera que se tomen decisiones que puedan determinar el rumbo de la OMS y, potencialmente, de la salud mundial misma. La expectativa es palpable, y muchos observadores están atentos a ver si habrá un cambio en la postura de Estados Unidos o si el resto de los países se unirán para cubrir el vacío dejado por la ausencia de apoyo estadounidense.
La historia está lejos de terminar. La OMS, en su búsqueda por adaptarse y sobrevivir, enfrenta desafíos monumentales. Personalmente, creo que las decisiones que se tomen en los próximos días no solo afectarán a esta organización, sino que también impactarán directamente en nuestras vidas y en cómo enfrentamos futuras crisis sanitarias. Después de todo, como muchos saben, la salud global es un rompecabezas en el que todos tenemos un papel a desempeñar.