La nueva propuesta de impuesto mínimo en Brasil: ¿justicia fiscal o más desigualdad?

Un cambio en la política fiscal brasileña

El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, ha expresado su confianza en que el Congreso Nacional apruebe un proyecto de ley que busca eximir del Impuesto de Renta a quienes ganan hasta R$ 5.000 mensuales. Esta medida, que también incluye la creación de un impuesto mínimo para los millonarios, ha generado un intenso debate en el país. La propuesta se presenta en un contexto donde los super-ricos están sobrerrepresentados en el Legislativo, lo que plantea interrogantes sobre la equidad de la representación política en Brasil.

Detalles de la propuesta

La iniciativa del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva propone un impuesto mínimo del 10% para aquellos que ganan más de R$ 1,2 millones al año, lo que equivale a R$ 100.000 mensuales. Este cambio busca corregir la desigualdad en la carga tributaria, ya que actualmente, los contribuyentes de altos ingresos en Brasil pagan una tasa efectiva de solo 2,5% sobre sus ingresos, en comparación con el 27,5% que enfrentan los trabajadores asalariados. La medida afectaría a aproximadamente 141.400 contribuyentes de altos ingresos, quienes, en su mayoría, obtienen sus ganancias de fuentes exentas de impuestos, como dividendos y ganancias de capital.

Resistencia y apoyo en el Congreso

A pesar de la propuesta, Haddad ha reconocido que enfrenta resistencia en el Congreso. El presidente de la Cámara, Hugo Motta, ha sugerido alternativas, como recortes en otros incentivos fiscales, para compensar la reducción del Impuesto de Renta. Sin embargo, Haddad se muestra optimista, afirmando que no habrá argumentos válidos para oponerse a la medida, especialmente considerando que beneficiará a cerca de 10 millones de contribuyentes que actualmente pagan el IR y quedarán exentos.

Impacto en la clase media y la popularidad de Lula

La propuesta de exención del Impuesto de Renta para quienes ganan hasta R$ 5.000 mensuales es una promesa de campaña de Lula y tiene como objetivo aliviar la carga fiscal sobre la clase media en un momento en que su popularidad ha disminuido. Aunque quienes ganan hasta R$ 7.000 mensuales seguirán pagando impuestos, tendrán un descuento, lo que representa un alivio significativo para muchos. Para implementar esta medida, el gobierno está dispuesto a renunciar a R$ 25,8 mil millones en ingresos fiscales, lo que plantea preguntas sobre la sostenibilidad de la política fiscal a largo plazo.