Las palabras de Antonio Gramsci en sus Quaderni del carcere resuenan: cada generación debe descubrir su propia “misión histórica”. En Argentina, la situación política actual refleja esta necesidad. La generación que impulsó a Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Eduardo Duhalde fortaleció la democracia, pero ahora las cosas son diferentes. Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Mauricio Macri han intentado cambiar las reglas del juego, enfrentando las deudas de un sistema democrático en crisis.
Un nuevo liderazgo en tiempos inciertos
Javier Milei ha irrumpido en la escena, llevando a Macri a un retiro inesperado. Mientras tanto, Cristina Fernández busca frenar cualquier intento de renovación del peronismo, ya sea mediante confrontaciones directas o acercamientos estratégicos con el gobernador Axel Kicillof. Sin embargo, los muchachos poskirchneristas, un grupo que juega a dos bandas, parecen escapar del control de CFK.
El dilema de los muchachos poskirchneristas
En la Ciudad de Buenos Aires, la derrota de Leandro Santoro no lo ha desanimado. Al contrario, ha mantenido su proyección como candidato. Pero esta misma derrota afecta a Kicillof y refuerza a Fernández de Kirchner, quien sostiene que no se puede ganar sin su estrategia. Los muchachos poskirchneristas, irreverentes y autónomos, surgen en un momento crítico para el peronismo, presentando propuestas y diálogos que parecen frescos en un entorno tan polarizado.
Victorias en medio de derrotas
Estos jóvenes líderes han tenido “victorias en derrotas”. Santoro, Monteverde en Rosario, y otros, han logrado hacerse un nombre, a pesar de las pérdidas. Pero surge una pregunta: ¿qué misión tienen? Tal vez rescatar la política de la apatía que se nota en la baja participación electoral. Tal vez buscar consensos básicos para reconstruir un sistema político desgastado.
La figura de Leandro Santoro
Santoro, con raíces radicales, se opone a las tendencias autoritarias del Partido Justicialista. A pesar de su derrota, ha comenzado a hablar sobre un “frente anti-Milei”. Su enfoque progresista, aunque no radical, le permite defender una postura que busca soluciones prácticas, como el uso de pistolas Taser en lugar de armas de fuego.
Kicillof y los desafíos de la gobernación
Por su parte, Kicillof enfrenta un entorno hostil, no solo por la presión de CFK, quien lo acusa de traición, sino también porque lidera la provincia más peligrosa de Argentina, lo que amenaza su imagen. Sin embargo, ha logrado unir fuerzas con otros líderes y construir una oposición sólida contra Milei.
La estrategia de Kicillof
El gobernador busca presentarse como un político sobrio y pragmático. La iniciativa Cuenta DNI, que busca ayudar a los ciudadanos a acceder a productos básicos, es un ejemplo de su intento por frenar la erosión del consumo en un contexto económico difícil. La reciente jugada de Cristina, anunciando su candidatura en la Tercera Sección Electoral, es un movimiento estratégico en medio de un panorama electoral incierto.
Una nueva forma de hacer política
En un contexto donde el populismo busca un enemigo claro –sea Milei, Cristina o Macri–, la misión de esta nueva generación de líderes puede ser redefinir la política como un espacio de diálogo. Un lugar donde la otra parte no sea un adversario, sino alguien a quien se puede convencer o escuchar.
Reflexiones finales
La política argentina está en una encrucijada. Los nuevos líderes emergen en medio de un peronismo debilitado pero con muchas ideas. ¿Podrán rescatar un sistema desgastado? ¿O sus intentos serán solo más ruido en un escenario caótico? El tiempo lo dirá.