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La noche de culto en la D-Edge: música, fe y comunidad
En un giro inesperado de los eventos, la famosa discoteca D-Edge en São Paulo se transformó en un espacio de adoración el pasado lunes. La combinación de música electrónica y espiritualidad atrajo a una multitud diversa, uniendo a personas de diferentes orígenes en una celebración única.
Este fenómeno no solo es un testimonio del poder de la música, sino también de la fe que une a las comunidades.
Un encuentro inesperado
La D-Edge, conocida por su vibrante vida nocturna, se convirtió en un lugar de culto donde la música y la espiritualidad se entrelazaron.
La ex-vocalista de los Novos Baianos, Baby do Brasil, lideró la noche con su energía contagiosa, afirmando que su conexión con Dios es más fuerte que cualquier otra cosa. «Tô tentando me segurar, mas, como sou autêntica, vai ser difícil», dijo entre risas, mientras los asistentes se unían en cánticos de alabanza.
La conversión de Renato Ratier
Renato Ratier, el dueño de la D-Edge, compartió su viaje espiritual con los asistentes. Convertido al cristianismo hace casi cuatro años, Ratier ha enfrentado críticas por su decisión de llevar un culto a su club.
Sin embargo, él se mantiene firme en su creencia de que la música puede ser un vehículo para la fe. «Aconteceu muito de falarem assim, ‘não, esse cara tá louco, é hipócrita’, mas eu juro, desejei as melhores energias para a pessoa», comentó, reflejando su deseo de unir a las personas a través de la música y la espiritualidad.
Una experiencia transformadora
La atmósfera en la D-Edge era electrizante. Con luces LED brillando y un ambiente cargado de energía positiva, los asistentes se sumergieron en una experiencia que desdibujó las líneas entre la fiesta y la adoración. Baby do Brasil, con su estilo único y su mensaje de amor y aceptación, hizo que todos se sintieran bienvenidos. «Desculpa se tô exagerando, é que tá batendo a onda», dijo, mientras la música gospel resonaba en el club, creando un espacio donde todos podían sentirse libres y aceptados.
Reflexiones sobre la fe y la comunidad
La noche no solo fue un evento musical, sino también un momento de reflexión sobre la fe y la comunidad. Ratier y Baby enfatizaron la importancia de no juzgar a los demás, independientemente de sus creencias. «Deus ama o pecador, não ama o pecado», afirmó un asistente, compartiendo su propia historia de transformación. Este tipo de testimonios resonaron profundamente entre los presentes, creando un sentido de unidad y propósito.
Un futuro prometedor
Con la posibilidad de repetir este tipo de eventos, la D-Edge se posiciona como un espacio donde la música y la espiritualidad pueden coexistir. Ratier mencionó que podría haber cultos mensuales si la respuesta del público es positiva. «Se gostarem, de repente a gente pode fazer [o culto] uma vez por mês», dijo, abriendo la puerta a futuras celebraciones que continúen uniendo a la comunidad a través de la música y la fe.
