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La creciente presión de la minería submarina
En un contexto global donde la demanda de minerales esenciales para la transición energética está en aumento, la minería submarina se ha convertido en un tema candente. A medida que los gobiernos se preparan para la primera solicitud de contrato para la explotación de minerales en aguas internacionales, la presión de la industria minera se siente más fuerte que nunca.
Sin embargo, esta presión se enfrenta a un creciente escepticismo por parte de varios países que abogan por una moratoria en estas actividades, argumentando que la protección de los ecosistemas marinos debe ser la prioridad.
Preocupaciones sobre la regulación y el medio ambiente
Durante una reciente reunión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) en Jamaica, se evidenció la falta de consenso entre los 169 Estados miembros sobre cómo proceder con la minería submarina. La delegación de Costa Rica, por ejemplo, ha insistido en la necesidad de contar con información científica sólida antes de avanzar, lo que refleja un sentimiento creciente de cautela.
La preocupación radica en que la elaboración apresurada de un código de minería podría resultar en daños irreparables a los ecosistemas marinos, que son aún poco comprendidos.
El dilema entre desarrollo y conservación
La industria minera, por su parte, argumenta que la regulación puede adaptarse a medida que se avance en la explotación.
Esta postura ha generado un debate intenso sobre el equilibrio entre el desarrollo económico y la conservación del medio ambiente. La ISA, creada en 1994 bajo el auspicio de la ONU, tiene la responsabilidad de regular estas actividades, pero enfrenta críticas por la lentitud en la creación de un marco normativo adecuado.
Con la presión de las ONGs y la comunidad internacional, la nueva secretaría general, Letícia Carvalho, ha expresado su compromiso con la ciencia y la necesidad de avanzar en este tema crucial.
