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Un contexto de desafíos globales
Desde hace más de siete décadas, la ONU ha sido un escenario crucial para abordar la situación de las mujeres en todo el mundo. En este contexto, la Comisión sobre la Situación de la Mujer (CSW) se ha convertido en un evento anual que reúne a líderes, activistas y representantes de diferentes países para discutir y promover la igualdad de género.
Sin embargo, en la actualidad, este espacio enfrenta desafíos sin precedentes, especialmente con el resurgimiento de movimientos de extrema derecha que buscan desmantelar los avances logrados en materia de derechos de las mujeres.
La importancia de la Plataforma de Pekín
La CSW69, que se celebra en Nueva York, conmemora los 30 años de la Conferencia de Pekín, un hito en la lucha por la igualdad de género. Este evento histórico no solo ratificó un documento fundamental, sino que también estableció una plataforma de acción que ha guiado las políticas de género a nivel global.
La Plataforma de Pekín enfatiza la necesidad de eliminar la violencia contra las mujeres, garantizar recursos para el progreso y fomentar la educación y la concienciación. A pesar de los intentos de retroceso, la resistencia de los movimientos feministas ha sido clave para preservar estos logros.
La resistencia en la CSW69
La delegación brasileña, compuesta por más de 150 representantes de la sociedad civil, ha llegado a Nueva York con un fuerte compromiso de defender los derechos de las mujeres. Entre ellas, destacan jóvenes líderes del movimiento negro, quienes aportan una perspectiva fresca y necesaria en la lucha por la igualdad.
A pesar de las amenazas de países como Estados Unidos y Argentina, que buscan desmantelar la Plataforma de Pekín, la primera semana de la conferencia ha mostrado que la resistencia es posible. Gracias a la colaboración entre el gobierno y la sociedad civil, se han logrado mantener los principios fundamentales de la Plataforma, aunque el camino hacia adelante sigue siendo incierto.
El futuro de la lucha feminista
A medida que la CSW69 se acerca a su conclusión, es vital que las líderes feministas regresen a sus países con la certeza de que los avances logrados no se perderán. La ministra de Mujeres de Brasil, Cida Gonçalves, ha sido una figura clave en este proceso, demostrando que la colaboración entre el gobierno y los movimientos feministas puede generar cambios significativos. Sin embargo, el riesgo de retrocesos sigue latente, y es crucial que se mantenga la presión para implementar las políticas necesarias que beneficien a todas las mujeres. La lucha por la igualdad de género es un esfuerzo colectivo que requiere la participación activa de todos los sectores de la sociedad.
