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Un acto que no convence
La reciente manifestación liderada por el ex-presidente Jair Bolsonaro en favor de la anistía a los presos del 8 de enero ha dejado más preguntas que respuestas. A pesar de la movilización, los líderes del centrão, un grupo clave en el Congreso, han evaluado que el acto no logró atraer a nuevos apoyos.
Según fuentes cercanas, la convocatoria se limitó principalmente a los miembros del Partido Liberal (PL) y a un sector ya conocido de su electorado, lo que sugiere que la propuesta de anistía no cuenta con un respaldo popular creciente.
Divisiones internas y falta de apoyo
Partidos como el PP y los Republicanos han optado por no respaldar formalmente el proyecto de ley que busca la anistía, a pesar de la presión ejercida por Bolsonaro. Los líderes de estas agrupaciones políticas han manifestado que sus miembros están divididos entre quienes apoyan la idea de perdonar a los involucrados en actos golpistas y aquellos que abogan por una postura neutral.
Esta falta de consenso interno podría complicar aún más la estrategia de Bolsonaro para conseguir los votos necesarios en el Congreso.
La estrategia de Bolsonaro
El ex-presidente ha estado en conversaciones con líderes de otros partidos, como Gilberto Kassab del PSD, en un intento por obtener un respaldo formal que le permita avanzar en su agenda.
La expectativa entre sus seguidores es que la unión de fuerzas con estos partidos pueda convencer a los parlamentarios indecisos a votar a favor de la anistía. Sin embargo, la realidad es que muchos en el Congreso están cautelosos y prefieren no posicionarse sin una clara dirección de sus respectivas agrupaciones.
Reacciones del gobierno y la oposición
La respuesta del gobierno actual ha sido contundente. Miembros del gabinete han aprovechado la baja asistencia a la manifestación para argumentar que la anistía carece de apoyo popular. La ministra de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann, ha señalado que la insistencia en la anistía es un reconocimiento de la gravedad de los crímenes cometidos contra la democracia. Por su parte, la oposición ha calificado el acto de Bolsonaro como un fracaso, enfatizando que los ciudadanos desean que los responsables de los actos golpistas enfrenten las consecuencias de sus acciones.
Un futuro incierto
A medida que se acerca la fecha del juicio en el Supremo Tribunal Federal (STF) sobre la denuncia contra Bolsonaro, la presión sobre el ex-presidente y su búsqueda de anistía se intensifica. La manifestación en Copacabana podría ser solo el comienzo de una serie de eventos que marcarán el futuro político de Brasil. Con un electorado dividido y un Congreso reacio a apoyar la anistía, el camino hacia la absolución parece estar lleno de obstáculos. La pregunta que queda es: ¿logrará Bolsonaro unir a sus aliados y convencer a los indecisos antes de que sea demasiado tarde?
