La lucha por el respeto en la industria del modelaje y la prostitución

Un término mal utilizado

Recientemente, el mundo del modelaje ha sido sacudido por un debate sobre el uso del término «modelo» para referirse a trabajadoras sexuales. Este eufemismo, que ha estado presente en la sociedad durante décadas, ha vuelto a la palestra tras la controversia en torno a una fiesta en la que se mencionó a Neymar y a varias mujeres que supuestamente trabajaban en la industria del sexo. La situación ha generado una ola de críticas por parte de modelos profesionales que se sienten ofendidas por la asociación de su profesión con la prostitución.

La voz de los profesionales

Anderson Baumgartner, director de una agencia de modelos, ha sido uno de los más vocales en este debate. En declaraciones a la prensa, enfatizó que el verdadero trabajo de un modelo implica vender productos, no su cuerpo. «He leído innumerables artículos que dicen: ‘Modelo recibió X cantidad por tener relaciones con alguien’. Eso no es ser modelo», afirmó. Esta declaración ha resonado entre muchas profesionales del sector, quienes exigen que se respete la dignidad de su trabajo y se utilicen los términos correctos.

La importancia del registro profesional

En el ámbito del modelaje, contar con un registro profesional es fundamental. Baumgartner explicó que para trabajar en desfiles y campañas, los modelos deben tener un DRT, que es el registro en la Delegacia Regional del Trabajo. Esto no solo valida su profesión, sino que también les otorga derechos y protección laboral. La falta de este registro ha llevado a confusiones y a la desvalorización de la profesión, lo que ha sido motivo de preocupación para muchos en la industria.

La lucha por la igualdad de género

Luiza Brunet, una modelo con décadas de experiencia, también ha compartido su perspectiva sobre la estigmatización que enfrentan las modelos. A pesar de que la situación ha mejorado, Brunet señala que el verdadero problema radica en la vulnerabilidad de muchas mujeres en la industria. «No es solo la nomenclatura lo que importa, sino el estado de desvalorización en el que algunas mujeres jóvenes se encuentran», comentó. La lucha por la igualdad de género y el respeto en el trabajo es un tema central en esta discusión, y muchas profesionales están unidas en su deseo de ser reconocidas por su verdadero valor.