En una poderosa muestra de solidaridad, miles de personas salieron a las calles de Buenos Aires el sábado para protestar por un trágico triple asesinato que ha conmocionado al país. Los brutales homicidios de tres jóvenes en Florencio Varela, relacionados con la violencia del narcotráfico, han desatado una ola de indignación y llamados a la justicia entre los ciudadanos y grupos de defensa.
La manifestación fue encabezada por el movimiento Ni Una Menos, que se centra en combatir la violencia de género, así como por diversas organizaciones. Los participantes se reunieron para honrar las vidas de las tres víctimas, sosteniendo carteles con sus nombres—“Lara, Brenda, Morena”—y exigiendo justicia por los atroces actos cometidos en su contra.
Circunstancias trágicas en torno a las víctimas
Las víctimas, identificadas como las primas Morena Verdi y Brenda Del Castillo, ambas de 20 años, y Lara Gutiérrez, de 15, fueron vistas por última vez el 19 de septiembre. Sus cuerpos fueron hallados cinco días después, enterrados en el jardín de una vivienda en Florencio Varela. Las circunstancias de sus muertes no solo fueron desgarradoras, sino también públicamente horrendas, ya que la violencia se transmitió en vivo a un grupo selecto en las redes sociales.
Familiares de las víctimas expresaron su dolor y rabia en la protesta, con pancartas que llevaban mensajes como “¡Nuestras vidas no son desechables!” que resonaban con la idea de que estos trágicos sucesos son parte de un problema sistémico más amplio. Hicieron un llamado a la sociedad para que reconozca la gravedad de la situación, enfatizando la conexión entre la violencia de género y el descontrolado tráfico de drogas en la región.
Demandas de justicia y responsabilidad
Durante la protesta, el padre de Brenda, Leonel Del Castillo, compartió su profundo pesar, recordando el horror que sintió al identificar el cuerpo de su hija debido al brutal trato que había sufrido. Sus sentimientos fueron reflejados por Antonio Del Castillo, el abuelo de las víctimas, quien describió a los perpetradores como “sedientos de sangre” y pidió que se revelara la verdad. “Hoy nos tocó a nosotros tener hijos asesinados. Esta vez fueron tres vidas, mañana serán más”, lamentó, subrayando la urgente necesidad de enfrentar la violencia que asola sus comunidades.
A medida que los ciudadanos se unían en apoyo, la marcha se extendió desde la icónica Plaza de Mayo hasta el Congreso, con manifestantes gritando por justicia y reformas. La indignación colectiva destacó cómo los recientes recortes presupuestarios del gobierno a políticas que abordan la violencia de género han agravado aún más la crisis, llevando a un llamado a la acción inmediata.
Investigaciones en curso y sus implicaciones sociales
Tras esta tragedia, las autoridades han arrestado a cinco individuos vinculados al crimen, incluidos tres hombres y dos mujeres. Un desarrollo significativo se produjo cuando la Ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, anunció la detención de un sospechoso acusado de proporcionar apoyo logístico para el crimen. Los investigadores también buscan al presunto cerebro del ataque, conocido como “Pequeño J”, quien se encuentra actualmente prófugo.
Según informes, las víctimas fueron atraídas bajo el pretexto de asistir a una fiesta, solo para ser sometidas a un destino horrible. Los investigadores revelaron que sus asesinatos sirvieron como una brutal advertencia en el contexto de rivalidades entre pandillas, posiblemente provocados por un robo. La transmisión en vivo de la violencia, aunque disputada por las plataformas de redes sociales, subraya la aterradora normalización de tales actos en ciertos círculos.
Retrato mediático y estigmas sociales
Las secuelas de los asesinatos también han provocado un debate sobre cómo los medios retratan a las víctimas de la violencia. La activista Yamila Alegre criticó la tendencia a escrutar las vidas de las jóvenes mientras se descuida la identidad de sus asesinos. “A menudo vemos las vidas de las víctimas diseccionadas, mientras que los perpetradores permanecen sin rostro”, afirmó, pidiendo un cambio en la narrativa.
Además, familiares de las víctimas, incluida la tía de Lara, Del Valle Galván, refutaron las afirmaciones de que Lara estaba involucrada en drogas o prostitución, insistiendo en la inocencia de la joven. Ella enfatizó la necesidad de responsabilidad y transparencia, exigiendo que se revele la verdad sobre los asesinatos.
Una lucha colectiva por el cambio
La manifestación fue encabezada por el movimiento Ni Una Menos, que se centra en combatir la violencia de género, así como por diversas organizaciones. Los participantes se reunieron para honrar las vidas de las tres víctimas, sosteniendo carteles con sus nombres—“Lara, Brenda, Morena”—y exigiendo justicia por los atroces actos cometidos en su contra.0
La manifestación fue encabezada por el movimiento Ni Una Menos, que se centra en combatir la violencia de género, así como por diversas organizaciones. Los participantes se reunieron para honrar las vidas de las tres víctimas, sosteniendo carteles con sus nombres—“Lara, Brenda, Morena”—y exigiendo justicia por los atroces actos cometidos en su contra.1