En 2001, una niña de nueve años llamada Zubaida fue víctima de un trágico incendio que tuvo lugar en un remoto pueblo de Afganistán. Quedó con la mayor parte de su cara fundida en el pecho, además de otras lesiones, y los médicos dijeron que las quemaduras eran tan graves que no se podía hacer nada. Es la historia de una joven víctima de quemaduras que viajó desde Afganistán.
La increíble historia del viaje de una joven víctima de quemaduras desde Afganistán
Su dolor físico era tan espantoso que apenas podía comer o dormir. Sus ojos habían sufrido tantos daños que le era imposible cerrarlos completamente.
Un año después, su padre la llevó a una base militar donde unos soldados la ayudaron a encontrar un médico que pudiera ayudarla. Un conocido cirujano plástico, Peter Grossman, de Los Ángeles, se puso en contacto con ella y se mostró encantado de ayudar a Zubaida.
Zubaida y su padre volaron a Los Ángeles para reunirse con el Dr. Grossman. El Dr. Grossman calculó que habría que realizar muchas operaciones y que tardaría tres años en llevar a cabo una reconstrucción facial satisfactoria. Después de muchas operaciones y de múltiples injertos de piel tomados de su espalda, Zubaida empezó a parecerse cada vez más a la que era.
Fue entonces cuando su padre tuvo que volver a Afganistán. El Dr. Grossman se sintió tan apegado a la joven, que le ofreció quedarse con él y su esposa durante el resto de sus operaciones. Zubaida empezó a aprender inglés y aportó una inmensa alegría a su hogar.
El total de las cirugías, que inicialmente debían durar tres años, afortunadamente sólo duraron uno. El Dr. Grossman voló de vuelta a Afganistán con Zubaida y cuando sus padres la volvieron a ver, se quedaron sin palabras. El Dr. Grossman no solo hizo algo maravilloso por esta niña, sino que también fue capaz de proporcionarle un hogar en su momento de necesidad.
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