La incertidumbre de la participación de Argentina en la cumbre COP30: ¿Qué esperar?

La situación actual respecto a la participación de Argentina en la cumbre COP30 genera preocupación. Según fuentes informadas, el país aún no ha realizado su registro oficial para asistir a este evento climático que se celebrará en Brasil. Esto podría indicar que seguiría el ejemplo de Estados Unidos, que ha decidido no enviar representantes de alto nivel a las conversaciones internacionales.

El presidente de la cumbre, André Corrêa do Lago, ha señalado que casi 190 naciones han confirmado su intención de asistir. En contraste, el gobierno argentino no ha emitido comentarios oficiales sobre su decisión, lo que deja abierta la posibilidad de que el país se ausente de discusiones clave sobre el futuro del clima global.

El contexto de la participación argentina

La ausencia de Argentina no es un hecho aislado. Durante la cumbre COP29 en Azerbaiyán, el presidente Javier Milei tomó la decisión inesperada de retirar a su delegación en medio de las negociaciones. Este movimiento desató rumores sobre una posible salida del país del Acuerdo de París, un pacto crucial que busca limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales. Aunque Argentina ha mantenido su membresía en el acuerdo, su relación con líderes como el expresidente estadounidense Donald Trump ha suscitado inquietud entre observadores internacionales.

Las posturas de Milei frente al cambio climático

El presidente Milei, conocido por su escepticismo respecto a las preocupaciones sobre el cambio climático, ha adoptado un enfoque pragmático hacia la inversión en energías limpias. Su administración ha ofrecido incentivos fiscales para proyectos de energía eólica y solar, mostrando interés en atraer inversiones en este sector. A pesar de su reticencia a aceptar la urgencia del cambio climático, ha lanzado iniciativas como una colaboración con Rafael Grossi, director de la Agencia Internacional de Energía Atómica, para utilizar tecnología nuclear en la Antártida con el objetivo de reducir la contaminación plástica.

La nueva contribución nacional determinada (NDC)

En medio de esta incertidumbre, el gobierno de Milei ha comenzado a delinear su contribución nacional determinada (NDC), el plan que cada país debe presentar para cumplir con el Acuerdo de París. En un evento virtual, el subsecretario de Ambiente, Fernando Brom, afirmó que su meta es alinear las propuestas con la capacidad real de los argentinos, enfatizando la necesidad de establecer objetivos alcanzables y realistas. Este enfoque sugiere un cambio en la dirección del compromiso climático argentino, aunque las críticas sobre la ambición de estos objetivos no se han hecho esperar.

¿Qué implica la nueva metodología?

La NDC está diseñada para evolucionar cada cinco años. Mientras que el gobierno anterior se comprometió a no superar las emisiones netas de 349 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2e) para 2030, el nuevo compromiso de Milei se sitúa en 375 MtCO2e. Este cambio ha generado un debate sobre si la nueva meta es realmente más ambiciosa o si representa un retroceso en el compromiso del país. El equipo técnico que ha trabajado en la NDC ha indicado que la nueva cifra no se basa en la metodología anterior, dificultando la comparación directa con compromisos previos.

Expertos señalan que este cambio metodológico podría incluir nuevos sectores productivos y una cobertura territorial más amplia, lo que podría resultar en un aumento de las estimaciones de emisiones. Sin embargo, el gobierno sostiene que su nueva meta es más baja debido a la inclusión de estos factores. Brom ha admitido que, con los cambios en la metodología, es complicado evaluar con precisión el nivel de ambición de las nuevas metas.

La decisión sobre la asistencia a la COP30

La inminente cumbre COP30, que se llevará a cabo en Belém, Brasil, plantea interrogantes sobre la postura de Argentina. Las recientes renuncias en el gabinete, incluida la del canciller Werthein, han añadido más incertidumbre. Se espera que la decisión sobre la participación argentina se tome esta semana, en un contexto de cambios significativos en la política climática del país.

La falta de claridad en la dirección política y el compromiso de Argentina podría tener repercusiones en su imagen internacional y su capacidad para influir en las negociaciones climáticas. A medida que los países se preparan para la COP30, la comunidad internacional observa atentamente el comportamiento de Buenos Aires en el ámbito climático.