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¿Por qué continuar con la lactancia?
La lactancia materna es un tema que genera opiniones diversas, especialmente cuando se trata de amamantar a niños mayores de dos años. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda la lactancia hasta los dos años o más, destacando su importancia no solo desde el punto de vista nutricional, sino también en el fortalecimiento del vínculo entre madre e hijo.
La leche materna sigue siendo una fuente rica en nutrientes y anticuerpos, lo que contribuye a un desarrollo saludable.
Desafíos de la lactancia prolongada
A medida que los niños crecen, pueden surgir nuevos desafíos durante la lactancia. Uno de los más comunes es la aparición de los dientes, que puede causar molestias tanto para el bebé como para la madre.
Es fundamental establecer límites claros y enseñar al niño que morder no es aceptable. Con paciencia y comunicación, es posible que el niño comprenda y respete el proceso de amamantamiento.
Cuidados para una lactancia saludable
La salud de la madre es crucial durante la lactancia.
Es importante cuidar la higiene y la salud de los pezones para evitar problemas como fisuras o infecciones. La ginecóloga Carolina Curci sugiere el uso de pomadas de lanolina pura para ayudar en la cicatrización y mantener la piel hidratada.
Además, es esencial que las madres mantengan una buena higiene, lavándose las manos antes de amamantar y asegurándose de que el bebé también esté limpio.
Consejos prácticos para madres lactantes
Para facilitar la lactancia, es recomendable usar ropa cómoda que no comprima el pecho y elegir posiciones adecuadas que eviten el dolor.
La técnica de agarre es fundamental; el bebé debe abocanarse a la areola con los labios hacia afuera. También es importante vaciar los senos con frecuencia para evitar la congestión y el dolor. En caso de experimentar molestias intensas, no duden en consultar a un médico para recibir el tratamiento adecuado.
Construyendo un vínculo especial
La lactancia prolongada no solo nutre al bebé, sino que también crea un lazo emocional profundo entre madre e hijo. Cada sesión de amamantamiento es una oportunidad para fortalecer esa conexión, brindando seguridad y amor al niño. Aunque el camino puede estar lleno de desafíos, cada esfuerzo vale la pena cuando se observa el crecimiento y desarrollo saludable del pequeño.
