En una emocionante noche de baloncesto, LeBron James, el destacado jugador de los Los Angeles Lakers, sorprendió a muchos al priorizar la victoria del equipo sobre su impresionante racha de anotaciones. Tras casi 19 años de juegos consecutivos anotando al menos 10 puntos, su racha llegó a su fin en un partido contra los Toronto Raptors.
Este encuentro, celebrado el 3 de diciembre, vio a James anotar solo 8 puntos al realizar 3 de 15 en tiros de campo. Sin embargo, en el momento decisivo, decidió pasar el balón a su compañero Rui Hachimura, quien anotó un triple crucial que selló la victoria para los Lakers.
Un récord impresionante
La racha de James, que comenzó el 6 de enero de 2007, representa un logro excepcional en la historia de la NBA. Con un total de 1,297 juegos consecutivos anotando al menos 10 puntos, su récord no solo superó a grandes leyendas como Michael Jordan y Kareem Abdul-Jabbar, sino que también se estableció como un hito difícil de igualar para futuras generaciones de jugadores.
La filosofía de juego de LeBron
Al ser interrogado sobre la interrupción de su racha, LeBron expresó su satisfacción por el resultado del partido, enfatizando que lo más importante es ganar. Su respuesta fue clara: “Nada. Ganamos”. Esta declaración refleja su filosofía personal sobre el baloncesto, donde la victoria del equipo siempre tiene prioridad sobre los logros individuales.
El entrenador de los Lakers, JJ Redick, también destacó esta mentalidad en su análisis tras el partido. Según él, LeBron es consciente de su rendimiento en términos de puntos, pero su enfoque siempre ha sido el de hacer la jugada correcta para el equipo. Esta actitud es un sello distintivo en su carrera y es lo que lo ha llevado a convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia.
Un gran sacrificio por el equipo
La decisión de James de pasar el balón en lugar de intentar anotar los puntos necesarios para extender su racha muestra una gran madurez y un sentido de sacrificio. Jake LaRavia, compañero de equipo, lo describió como un jugador desinteresado, enfatizando que su naturaleza altruista es lo que lo hace destacar no solo como un atleta, sino también como una persona.
El impacto de esta decisión fue evidente en el juego. La asistencia a Hachimura no solo aseguró la victoria por 123-120, sino que también subrayó el compromiso de James con el éxito colectivo. En un deporte donde los egos a menudo pueden deslumbrar, su acto de humildad resalta la importancia del trabajo en equipo.
La racha que hizo historia
Para poner en contexto el logro de LeBron, es importante señalar que su racha de juegos anotando al menos 10 puntos superó al siguiente en la lista activa, Kevin Durant, por una diferencia de 431 juegos. Esta diferencia es tan significativa que, si se sumaran las rachas de los otros jugadores que siguen a James, no lograrían alcanzar su récord. Este dominio en el juego ha solidificado su estatus como una leyenda del baloncesto.
LeBron también reflexionó sobre cómo la práctica de hacer la jugada correcta ha sido una constante en su carrera. “Siempre hago la jugada correcta. Eso es automático, ganes, pierdas o empates”, afirmó. Esta mentalidad es un testimonio de su dedicación al juego y su deseo de contribuir al éxito de su equipo.
Un legado duradero
La racha de 1,297 juegos puede haber llegado a su fin, pero el legado de LeBron James sigue intacto. Su enfoque en el equipo sobre el individuo es un mensaje poderoso para jugadores actuales y futuros. En un mundo donde los récords personales pueden ser una fuente de orgullo, la decisión de James de priorizar la victoria del equipo resuena como un recordatorio de lo que realmente significa ser un gran líder dentro y fuera de la cancha.
Este encuentro, celebrado el 3 de diciembre, vio a James anotar solo 8 puntos al realizar 3 de 15 en tiros de campo. Sin embargo, en el momento decisivo, decidió pasar el balón a su compañero Rui Hachimura, quien anotó un triple crucial que selló la victoria para los Lakers.0
