La mayor crisis humanitaria en años está sacando a la luz detalles dolorosos. En los últimos meses, Afganistán se ha visto sumido en un colapso económico sin precedentes y las historias que salen del país son aterradoras. Una de esas historias es la de la familia que tuvo que vender los riñones de sus hijos para seguir alimentándose. A lo largo de la frontera con Irán las familias vender riñones debido a la crisis económico.
Según las últimas informaciones procedentes de Afganistán, ésta es sólo una de las muchas historias similares que se están escuchando en las últimas horas. El testimonio habla de cinco niños que fueron obligados a someterse a una operación para extraerles un riñón y venderlo.
Una madre tuvo que vender los riñones de sus hijos para alimentarlos
Tres hermanos y dos hermanas tuvieron que someterse a esta operación y recibieron unos 1.380 euros. Esta aterradora historia parece ser sólo la punta del iceberg. La práctica parece extenderse como un reguero de pólvora, alimentando un mercado negro inhumano.
La historia simbólica de esta crisis humanitaria fue contada por Sky News. Lo explicó la madre de los niños. Con sólo 25 años, se enfrentó a tomar una decisión tan difícil para sus hijos. Una elección dictada por la desesperación y por una grave pérdida ocurrida hace sólo unos meses. Perdió a su hijo de tres años por inanición durante esta crisis humanitaria. Para evitar que sus otros hijos corrieran la misma suerte, decidió vender sus órganos. Tanto ella como su padre se resignan a que ésta podría ser la única manera de evitar que se mueran de hambre.
«No nos queda nada que vender», dijo el padre de los niños, «tenemos que vender a nuestros hijos ahora y estoy dispuesto a hacerlo incluso por 20.000 afganis (180 euros)». No puedo irme a dormir cada noche con ellos llorando que tienen hambre». Su historia ha abierto una ventana a una situación que se ha vuelto bastante común en el país. Ellos mismos lo confirmaron, explicando que habían conocido a decenas de familias obligadas a adoptar esta práctica.
Esta alternativa se ha extendido por el país
La práctica se ha extendido a la zona de Herat, en la frontera con Irán. Según su relato, decenas de mujeres, muchas de ellas adolescentes, han vendido sus riñones para alimentar a sus familias.
El lugar en el que se está extendiendo este fenómeno no es una coincidencia. El hecho de estar en la frontera con Irán permite al mercado negro alimentarse y encontrar compradores al otro lado dispuestos a pagar por los órganos.
«No tenemos elección», dijo otra madre adolescente que se operó hace un mes, mientras revelaba su cicatriz roja en el ombligo. – Lo hacemos para alimentar a nuestros hijos. La situación económica de Afganistán está fuera de control. Los talibanes han prohibido el uso de moneda extranjera y el dinero en efectivo escasea. La economía del país está literalmente congelada en el exterior y si la ONU no pone fin a las sanciones, se producirá una catástrofe sin precedentes.
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