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El contexto de la guerra comercial
La reciente amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 25% a todas las importaciones de la Unión Europea ha encendido las alarmas en el viejo continente. Esta medida, que forma parte de su agenda de «Estados Unidos primero», podría tener repercusiones devastadoras para la economía europea, que ya enfrenta serios desafíos.
La economía alemana, por ejemplo, ha estado en una desaceleración prolongada, mientras que Italia y Francia lidian con problemas de deuda pública que amenazan su estabilidad financiera.
Las consecuencias de los aranceles
La imposición de aranceles podría desencadenar una recesión en Europa, similar a la crisis de deuda griega de 2010.
En ese momento, los mercados financieros de EE. UU. y del mundo entero sufrieron un duro golpe. Si Trump no considera el impacto que sus decisiones pueden tener en la economía europea, podría estar sembrando las semillas de una crisis que afectaría también a su propio país.
La economía alemana, que depende en gran medida de las exportaciones, no está en condiciones de soportar más presión. Desde el inicio de la pandemia, su crecimiento ha sido nulo, y las proyecciones del Bundesbank indican que los aranceles podrían llevar a una contracción del 1,5% para 2027.
La situación de Italia y Francia
Italia y Francia, por su parte, enfrentan cocientes de deuda pública sobre PIB más altos que durante la crisis de deuda soberana de la eurozona. A pesar de esto, parece que carecen de la voluntad política necesaria para abordar sus problemas financieros.
La falta de políticas monetarias flexibles, debido a su pertenencia al euro, limita su capacidad para estimular la economía. Una desaceleración en Alemania solo agravaría su situación, ya que disminuiría la demanda de sus exportaciones. La interconexión de las economías europeas significa que una crisis en un país puede tener efectos en cadena en toda la región.
La esperanza de un cambio
La última esperanza para Europa es que Trump reconozca que provocar una recesión en el continente no es beneficioso para los intereses económicos de EE. UU. La crisis de deuda griega demostró cuán expuesto está el sistema financiero estadounidense a la economía europea. Además, una recesión en la eurozona podría afectar negativamente al mercado bursátil estadounidense, dado que una parte significativa de las ganancias de las empresas del S&P 500 proviene de sus operaciones en el extranjero. Sin embargo, depender de la esperanza no es una estrategia viable. Las autoridades europeas deben prepararse para una guerra comercial total y considerar reformas estructurales audaces para restaurar la competitividad del bloque.