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¿Qué es la fragilidad y por qué es importante?
La fragilidad es un síndrome que afecta a muchos adultos mayores, especialmente a aquellos que superan los 50 años. Se caracteriza por una disminución en la capacidad funcional, lo que puede llevar a una mayor vulnerabilidad ante enfermedades y complicaciones.
Según expertos, ser frágil no solo aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, sino que también puede complicar el tratamiento de estas condiciones. La relación entre fragilidad y salud cardiovascular es bidireccional, lo que significa que una condición puede agravar la otra.
Evaluación de la fragilidad en el consultorio médico
La evaluación de la fragilidad es crucial en el ámbito cardiológico. Los médicos utilizan escalas como la de Fried, que mide cinco parámetros clave: pérdida de peso no intencional, debilidad muscular, agotamiento, lentitud de la marcha y baja actividad física.
Estas pruebas son sencillas y permiten identificar a los pacientes frágiles y determinar la gravedad de su condición. Un diagnóstico temprano puede modificar las decisiones terapéuticas, como ajustar la presión arterial o evaluar la necesidad de intervenciones quirúrgicas.
Prevención y tratamiento de la fragilidad
La buena noticia es que la fragilidad se puede prevenir y tratar. Un enfoque integral que incluya ejercicio físico regular y una nutrición adecuada puede revertir la fragilidad. El ejercicio es fundamental, ya que ayuda a mantener la masa muscular y mejorar la fuerza y el equilibrio.
Además, una dieta rica en proteínas y grasas saludables, como el omega-3, es esencial para mantener la salud general. Los médicos recomiendan programas de rehabilitación física que se adapten a las necesidades de cada paciente, lo que puede mejorar significativamente su calidad de vida.
