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La maravilla de Tenochtitlán
La antigua ciudad de Tenochtitlán, fundada en una laguna salada, fue un verdadero milagro de la ingeniería y la urbanización. Hernán Cortés, al llegar en el siglo XVI, quedó asombrado por su grandeza. Con calles anchas y rectas, la ciudad estaba intercalada con canales que permitían el transporte en canoas, creando un paisaje urbano único.
Este asombro no era infundado; Tenochtitlán era comparable en esplendor a ciudades europeas como Sevilla y Córdoba. En su apogeo, la ciudad contaba con plazas vibrantes donde se realizaban intercambios comerciales de todo tipo, desde alimentos hasta joyas preciosas.
El legado cultural y arquitectónico
La influencia de Tenochtitlán se extiende más allá de su tiempo. La metrópoli mexica, que se estima fue fundada en 1325, se convirtió en el corazón de un vasto imperio que dominó Mesoamérica. Su planificación urbana, que incluía templos, mercados y espacios públicos, ha dejado una huella indeleble en la arquitectura y la cultura de la Ciudad de México moderna.
A medida que la ciudad crecía, también lo hacía su complejidad social y económica, convirtiéndose en un centro neurálgico de comercio y cultura.
Desafíos contemporáneos y la lucha por el agua
Hoy en día, la Ciudad de México enfrenta desafíos significativos relacionados con el agua.
Con una población de 20 millones de habitantes, la metrópoli se encuentra en una encrucijada. Por un lado, las sequías han llevado a la población a restringir el consumo de agua potable; por otro, las lluvias intensas provocan inundaciones en áreas que antes eran canales naturales.
Este dilema es un eco de la historia de Tenochtitlán, donde la gestión del agua era crucial para la supervivencia de la ciudad. Sin embargo, la extracción excesiva de agua del subsuelo ha llevado a un hundimiento progresivo de la ciudad, un recordatorio de que la naturaleza siempre encontrará la manera de reclamar lo que le pertenece.
Reflexiones sobre el futuro
El legado de Tenochtitlán no solo reside en su historia, sino también en las lecciones que ofrece para el futuro. La necesidad de reconciliarse con el agua y aprender a coexistir con ella es más relevante que nunca. Expertos como Thomas Kole sugieren que la Ciudad de México debe adoptar un enfoque más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, similar al que los mexicas implementaron en su tiempo. La historia de Tenochtitlán es un recordatorio de que, aunque la ciudad ha evolucionado, los desafíos que enfrenta hoy son parte de un ciclo más amplio de interacción entre la humanidad y su entorno.
