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Un acuerdo histórico en crisis
Desde la fundación de Israel en 1948, los hombres ultraortodoxos, conocidos como haredíes, han estado exentos del servicio militar obligatorio. Este acuerdo, que permitió a los haredíes concentrarse en el estudio de la Torá a cambio de apoyo al estado, ha sido un pilar de la sociedad israelí durante más de siete décadas.
Sin embargo, la reciente escalada del conflicto en Gaza ha puesto en tela de juicio este pacto, generando un debate intenso sobre la responsabilidad y el deber cívico entre diferentes sectores de la población israelí.
El aumento de la población haredí
La comunidad haredí ha crecido significativamente en los últimos años, representando actualmente el 14% de la población israelí. Este aumento demográfico, que se proyecta que alcanzará el 50% de todos los niños israelíes en las próximas décadas, ha generado tensiones con la población secular.
Muchos israelíes sienten frustración al ver que sus hijos son enviados a combatir mientras que los haredíes reciben subsidios gubernamentales para estudiar. Esta disparidad ha llevado a un creciente descontento y a protestas en las calles, donde se exige una mayor equidad en el servicio militar.
La respuesta del Tribunal Supremo
En un giro inesperado, el Tribunal Supremo de Israel dictaminó que los hombres haredíes ya no estarían exentos del servicio militar. Esta decisión ha llevado a que el ejército envíe órdenes de reclutamiento a miles de hombres haredíes, pero la respuesta ha sido tibia: solo un pequeño número se ha presentado.
Este dilema plantea preguntas fundamentales sobre la identidad y el futuro de la comunidad haredí en un Israel cada vez más polarizado.
Historias de jóvenes haredíes
Entre los jóvenes haredíes, las reacciones a esta nueva realidad son diversas. Chaim Krausz, un joven de 19 años, se opone firmemente al servicio militar, argumentando que es un pecado y una amenaza para sus tradiciones. Por otro lado, Yechiel Wais, también de 19 años, ha decidido unirse al ejército, buscando una vida fuera de su estricta comunidad. Estas historias reflejan la complejidad de la identidad haredí en un contexto de cambio y desafío.
Un futuro incierto
A medida que la comunidad haredí continúa creciendo y enfrentando presiones externas, el futuro de su relación con el estado de Israel se vuelve cada vez más incierto. La tensión entre el deber cívico y la preservación de la identidad religiosa plantea preguntas difíciles sobre la cohesión social y la convivencia en un país marcado por la diversidad. La historia de los haredíes en el ejército es solo un capítulo en la narrativa más amplia de Israel, donde las decisiones de hoy darán forma al mañana.
