La educación indígena en el corazón de la Amazonía: un legado cultural
En el vibrante entorno del Parque das Tribos, en la periferia de Manaus, más de 700 familias de 30 etnias diferentes se esfuerzan por mantener viva su herencia cultural. Este espacio se ha convertido en un refugio para la educación indígena, donde los niños aprenden sobre sus raíces y tradiciones. Vanda Witoto, una líder comunitaria, ha sido fundamental en la creación de una escuela que no solo enseña conocimientos académicos, sino que también refuerza la identidad indígena en un contexto donde muchos niños enfrentan el racismo y la discriminación.
Un espacio de resistencia cultural
La escuela indígena en el Parque das Tribos ha crecido de 20 a 80 niños en pocos años, lo que refleja la necesidad de un espacio donde los jóvenes puedan conectarse con su cultura. Vanda, quien fue llevada de su hogar a los 16 años, ha dedicado su vida a combatir el «apagamiento de la identidad de los pueblos originarios». Su experiencia personal la llevó a entender la importancia de la educación en la formación de una identidad fuerte y resiliente. «Aquí fortalecemos esa identidad», afirma, mientras comparte su historia de lucha y superación.
Apoyo para el futuro
El proyecto ha llamado la atención de filántropos como Katia Francesconi, quien ha decidido invertir en la educación de estos niños. Con una donación de R$ 130 mil, se espera que la escuela se transforme en un centro de conocimiento ancestral, conocido como «Jofo Nimairama» en la lengua de los Witoto. Este apoyo no solo proporciona recursos financieros, sino que también valida la importancia de la educación indígena en la sociedad actual. Katia, quien ha donado más de US$ 6 millones a diversas ONGs, ve en este proyecto una forma de ejercer su maternidad simbólica, apoyando a los niños de su país natal.
Un futuro prometedor
La escuela, que actualmente opera los fines de semana, tiene planes de expandirse para ofrecer clases durante el horario escolar. La demanda es alta, y la fila de espera es extensa, lo que demuestra el deseo de las familias de que sus hijos se conecten con su cultura. «Lo que estas criaturas tienen aquí no se encuentra en ninguna otra escuela», dice Vanda, enfatizando la singularidad de la educación que se ofrece. Con el apoyo adecuado, este proyecto tiene el potencial de transformar la vida de muchos niños, ayudándoles a reconocer y abrazar su identidad indígena.



