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Un adiós inesperado
Este martes, el mundo del espectáculo argentino se vistió de luto tras la noticia del fallecimiento de Antonio Gasalla, quien dejó una huella imborrable en la comedia nacional. A los 84 años, el capocómico se despidió de sus seres queridos en el sanatorio Otamendi, donde su amigo cercano, Marcelo Polino, compartió la tristeza de la noticia.
«Tengo una tristeza tremenda», expresó Polino, reflejando el dolor que muchos sienten ante la pérdida de un artista tan querido.
Los últimos días de un grande
Marcelo Polino, quien estuvo junto a Gasalla en sus últimos momentos, reveló detalles sobre su estado de salud.
«Llegó con una falla multiorgánica, fue todo muy rápido», comentó, subrayando la gravedad de la situación. A pesar de haber recibido el alta días antes, la salud de Antonio se deterioró rápidamente, llevándolo a una despedida que fue, según Polino, «muy delicada y triste».
La conexión entre ambos era profunda; durante 16 años, compartieron risas y conversaciones diarias, creando un lazo que trascendía lo profesional.
El legado de Antonio Gasalla
Gasalla no solo fue un comediante excepcional, sino un verdadero ícono de la cultura argentina.
Su trabajo en programas como El Palacio de la Risa y su participación en el sketch de la Empleada Pública lo convirtieron en un referente del humor nacional. Georgina Barbarossa, quien también trabajó con él, expresó su dolor al recibir la noticia en vivo: «Antonio no solo fue un cómico, un gran comediante, un gran artista».
Su legado perdurará en la memoria colectiva, recordándonos la importancia de la risa y el arte en nuestras vidas.