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Expectativas de futuro en la juventud argentina
En un contexto donde la esperanza parece desvanecerse, muchos jóvenes argentinos se enfrentan a un futuro incierto. Según el estudio «La narrativa rota del ascenso social», presentado por Fundar y Cias, las expectativas de los jóvenes de barrios populares en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) han cambiado drásticamente.
La investigación revela que, aunque un 40% de los encuestados aún sueña con un posible ascenso social, la mayoría expresa serias dudas sobre su viabilidad. Un alarmante 20% ha reducido sus expectativas al mínimo, mientras que otro 40% ha abandonado toda esperanza, viviendo el presente sin un horizonte claro.
La experiencia escolar como oportunidad perdida
La escuela, un pilar fundamental en la construcción de un futuro prometedor, se presenta en el estudio como una oportunidad perdida para muchos. A pesar de que seis de cada diez jóvenes valoran la educación y desean continuar sus estudios terciarios o universitarios, la realidad que enfrentan es desalentadora.
La mayoría describe su experiencia escolar como frustrante, con instituciones que parecen desbordadas y alejadas de sus intereses. La falta de docentes, la suspensión de clases por paros y problemas estructurales son solo algunas de las dificultades que enfrentan. Un joven menciona que, aunque no ha dejado la escuela, este año aún no ha asistido, reflejando una desconexión alarmante con el sistema educativo.
La necesidad de un cambio en la educación
Para que la juventud recupere la idea de un futuro posible, es crucial que la educación se adapte a sus necesidades. La escuela debe ofrecer oportunidades reales, con contenidos y metodologías que motiven a los estudiantes y los preparen para un mundo en constante cambio.
La desilusión que sienten muchos jóvenes no solo afecta su desarrollo personal, sino que también impacta en el futuro del país. Un país desarrollado necesita una población que crezca y se desarrolle, y esto solo será posible si se brinda a los jóvenes las herramientas necesarias para construir su propio futuro. La educación debe ser un puente hacia nuevas oportunidades, no un obstáculo que perpetúe la desilusión.