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Un estallido de violencia en la costa siria
La costa siria ha sido testigo de una escalofriante ola de violencia que ha sumido a las provincias de Latakia y Tartus en un caos similar a los peores días de la guerra civil que asoló al país desde 2011.
Este nuevo episodio de violencia, que se extendió durante cinco días, ha dejado a la población en un estado de miedo y desesperación. Testimonios de residentes locales revelan la brutalidad de los enfrentamientos, con relatos de asesinatos indiscriminados y la desaparición de personas.
La represión del nuevo régimen
La situación se ha agravado bajo el liderazgo del presidente interino Ahmed al-Sharaa, quien ha sido vinculado a la red terrorista Al Qaeda. A pesar de sus intentos de presentarse como un moderado ante la comunidad internacional, las acciones de su gobierno han generado un clima de terror.
La represión militar fue desencadenada por ataques de partidarios de Assad, aunque los líderes alauitas niegan esta versión. La violencia sectaria ha dejado un saldo devastador, con cientos de muertos y un número indeterminado de desaparecidos.
La influencia rusa y el futuro incierto
La intervención de Rusia en Siria ha sido crucial para el régimen de Assad, y ahora, con la llegada de al-Sharaa, Moscú busca mantener su influencia en la región. La base aérea de Hmeimim y el puerto de Tartus son puntos estratégicos que permiten a Rusia proyectar su poder en el Mediterráneo.
Sin embargo, la situación es volátil, y la comunidad internacional teme una fragmentación aún mayor del país. Los rumores de un mercado clandestino para la fuga de sirios, donde se cobran altas sumas de dinero, reflejan la desesperación de la población por escapar de la violencia.