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La situación actual de los jubilados y el acceso a medicamentos
En Argentina, la situación de los jubilados se ha vuelto cada vez más crítica, especialmente en lo que respecta al acceso a medicamentos. La inflación ha erosionado el poder adquisitivo de este grupo vulnerable, lo que ha llevado a un aumento significativo en la participación de los jubilados en el costo de los medicamentos.
En julio de 2024, los jubilados aportaban menos del 15% del precio de cada medicamento, pero esta cifra ha ido en aumento, alcanzando un alarmante 28% en enero de 2025. Este cambio no solo refleja la presión económica que enfrentan, sino también la falta de políticas efectivas que protejan sus derechos.
El papel del PAMI y la industria farmacéutica
El PAMI, que históricamente ha sido un pilar en la provisión de medicamentos para jubilados, ha visto una reducción drástica en su participación en el costo de los mismos. En julio de 2024, el PAMI cubría el 61,40% del costo de los medicamentos, pero para enero de 2025, esta cifra se había reducido a solo el 41%.
Esta disminución ha generado un vacío que los jubilados deben llenar con sus propios recursos, lo que agrava aún más su situación financiera. Por otro lado, la industria farmacéutica ha incrementado su participación en el costo de los medicamentos, pasando del 17,6% al 23% en el mismo período.
Esto plantea interrogantes sobre la responsabilidad de las empresas en la crisis de acceso a medicamentos.
Consecuencias de la disminución en la dispensación de medicamentos
La caída del 25% en la dispensación de medicamentos a través del PAMI en el último año es un indicador alarmante de la crisis.
Este descenso no solo afecta a los jubilados, sino que también plantea preguntas sobre la sostenibilidad del sistema de salud en Argentina. La falta de acceso a medicamentos puede llevar a un deterioro en la salud de los adultos mayores, quienes a menudo padecen enfermedades crónicas que requieren tratamientos continuos. Además, la disminución en la dispensación puede estar relacionada con un cambio en el comportamiento de consumo, donde los jubilados optan por no retirar medicamentos debido a su alto costo. Esto es preocupante, ya que puede resultar en un aumento de complicaciones de salud que podrían haberse evitado con un tratamiento adecuado.