La Corte Suprema de Argentina ha tomado una decisión trascendental: confirma la condena de seis años de prisión contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por fraude. Este fallo no solo sella su destino judicial, sino que también genera una oleada de reacciones en un país polarizado, justo cuando el presidente Javier Milei se prepara para una votación crucial en octubre.
Un fallo unánime que sacude el panorama político
Este martes, los tres jueces de la Corte Suprema decidieron por unanimidad ratificar la sentencia en uno de los casos más controvertidos del país. En la previa a este veredicto, las calles de Buenos Aires fueron escenario de manifestaciones, con sindicatos y partidarios bloqueando el tráfico, quemando neumáticos y haciendo sonar tambores, una demostración del clima de tensión que se vive.
Desde 2022, Fernández de Kirchner había sido declarada culpable de corrupción, pero logró evitar la prisión mientras ocupó el cargo de vicepresidenta. Sin embargo, tras agotar todas sus opciones legales, la última palabra recayó en la Corte, que ahora la convoca a presentarse en un plazo de cinco días hábiles. A pesar de su situación, a sus 72 años, es posible que se le conceda arresto domiciliario.
La respuesta de Fernández de Kirchner y sus seguidores
La ex presidenta no tardó en calificar el fallo de políticamente motivado. Frente a sus seguidores, afirmó que los poderes que rigen saben que son “los únicos que pueden construir una alternativa” cuando el gobierno de Milei “se desmorone”. Este comentario subraya las tensiones entre el oficialismo y la oposición en un contexto electoral complicado.
Mientras tanto, Fernández de Kirchner había anunciado su intención de postularse en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires en septiembre, una estrategia que algunos expertos pensaban podría otorgarle inmunidad, pero que ahora parece descartada.
El futuro incierto de Kirchner en la política argentina
La gran interrogante es cómo logrará Fernández de Kirchner mantener su liderazgo en el peronismo sin la herramienta principal que ha utilizado para ejercer poder: presentarse a elecciones y demostrar su apoyo en las urnas. Alejandro Catterberg, director de la encuestadora Poliarquía, señala que “ya no tiene esa oportunidad”. A pesar de ser una de las figuras más reconocidas de la oposición, solo el 33% de la población la ve de manera positiva, según la última encuesta de LatAm Pulse.
La reacción del presidente Milei
Javier Milei, quien ha hecho de la lucha contra el establishment político su bandera, celebró el fallo en redes sociales, afirmando: “La república funciona”. Este comentario resuena en un momento donde su gobierno busca fortalecer su posición en el Congreso y avanzar con reformas económicas significativas.
En su discurso ante una multitud, Fernández de Kirchner criticó abiertamente el modelo de gobierno de Milei, afirmando: “Este modelo no es viable. Ellos piensan que van a resolverlo enviándome a la cárcel. Puedo estar presa, pero la gente estará peor cada día”. Su retórica desafiante refleja su histórica resistencia y su papel como figura central en la política argentina.
Un legado complejo y un futuro incierto
Desde su presidencia entre 2007 y 2015, Kirchner ha sido una figura divisiva, sobreviviendo incluso a un intento de asesinato en 2022 y enfrentando otros casos de corrupción en diversas etapas. A pesar de las acusaciones, ella ha negado constantemente cualquier irregularidad, denunciando la persecución política de sus adversarios.
Además, en marzo, el gobierno de Estados Unidos prohibió la entrada de Fernández de Kirchner y su familia al país, lo que añade otra capa de complejidad a su situación. En medio de este torbellino, la política argentina se reorganiza, con fuertes polarizaciones y una nueva era a la vista.
El escenario se torna cada vez más incierto, dejando a los observadores preguntándose: ¿podrá Fernández de Kirchner mantener su relevancia en un ambiente político que parece cambiar rápidamente?
