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El dilema de las torres de celular en Combu
La isla de Combu, ubicada en el estado de Pará, se ha convertido en el epicentro de un intenso debate sobre la infraestructura de telecomunicaciones en Brasil. La reciente legislación que establece una distancia mínima de 500 metros entre torres de celular ha generado preocupaciones tanto entre las operadoras de telecomunicaciones como entre las empresas que alquilan estas estructuras.
Las operadoras argumentan que esta restricción limita su capacidad para expandir la cobertura del 5G, un avance tecnológico crucial para el desarrollo digital del país.
Impacto en la conectividad y el desarrollo local
La empresa QMC ha sido designada para construir una torre en Combu, con el objetivo de proporcionar acceso a internet en un área que servirá como sede para la COP30.
Sin embargo, el alquiler de esta infraestructura se ha convertido en un punto de controversia, ya que QMC cobra a las operadoras R$ 20 mil al mes, en comparación con un promedio de R$ 3 mil en otras localidades. Esta diferencia de costos plantea interrogantes sobre la viabilidad económica de la expansión de la red en áreas remotas.
La posición de las operadoras y la Abrintel
Las operadoras de telecomunicaciones han expresado su preocupación por la legislación que limita la construcción de nuevas torres. Según ellas, para cumplir con las metas de cobertura del 5G, se necesitaría instalar entre 10 y 15 veces más antenas de las que actualmente existen.
La Asociación Brasileña de Infraestructura de Telecomunicaciones (Abrintel) ha recomendado que las torres sean compartidas, aunque esto ha generado contradicciones en el sector. En el caso de la asociación entre Vivo y Tim, se ha manifestado una oposición al modelo de compartición, lo que ha llevado a un debate interno sobre la mejor manera de avanzar en la infraestructura de telecomunicaciones.
Consideraciones técnicas y económicas
La construcción de torres en áreas como Combu presenta desafíos únicos. La QMC ha señalado que el costo elevado se debe a factores como el transporte de materiales, la necesidad de una fundación especial y la instalación de un transformador para garantizar el suministro de energía. Estos elementos son cruciales para asegurar que la infraestructura sea funcional y sostenible a largo plazo. A pesar de las dificultades, las operadoras continúan buscando soluciones que les permitan expandir su red sin comprometer la calidad del servicio.
