El dilema del desarrollo y la conservación
La realización de la COP30 en Belém ha desatado un intenso debate sobre el equilibrio entre el desarrollo urbano y la conservación ambiental. La obra que se está llevando a cabo para mejorar la infraestructura de la ciudad ha sido objeto de críticas debido a su impacto en la flora amazónica. Documentos recientes del Gobierno del Pará revelan que el financiamiento del BNDES (Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social) es fundamental para la continuidad de este proyecto, que amenaza con la pérdida de especies vegetales en peligro de extinción.
Financiamiento y aprobación del proyecto
A pesar de la urgencia del proyecto, el BNDES aún no ha aprobado el financiamiento, ya que está evaluando los impactos ambientales del mismo. La liberación de fondos está condicionada a la aprobación de los requisitos técnicos y ambientales, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro de la obra. La Secretaría Estatal de Obras Públicas (Seop) ha advertido sobre los “prejuízos financeiros diretos” que podría acarrear la paralización de las obras, lo que pone de manifiesto la presión económica que enfrenta el gobierno para continuar con el proyecto.
Impacto en la biodiversidad
El proyecto ha sido criticado por su potencial para causar daños irreparables a la biodiversidad local. La autorización para la supresión de vegetación ha permitido la eliminación de árboles de 64 especies, algunas de las cuales son vitales para el ecosistema. Entre ellas se encuentran especies catalogadas como vulnerables, como el angelim-pedra y la ucuuba. A pesar de las advertencias de diversas entidades, el gobierno ha decidido seguir adelante, argumentando que el proyecto se encuentra dentro de la legalidad.
La voz de la comunidad y el futuro del proyecto
La comunidad local y organizaciones ambientalistas han expresado su preocupación por la falta de consulta y la decisión de continuar con la obra a pesar de los riesgos. La situación se complica aún más con la presión del BNDES para cumplir con los plazos establecidos, lo que podría llevar a sanciones económicas al estado si no se cumplen. La tensión entre el desarrollo urbano y la protección del medio ambiente es palpable, y el desenlace de esta controversia podría sentar un precedente para futuros proyectos en la región.



