El mundo de la música y el arte brasileño se encuentra de luto tras la muerte de Jards Macalé, quien falleció el pasado 17 de noviembre a la edad de 82 años. La noticia fue confirmada por su familia, quienes informaron que el artista estaba internado en un hospital de Barra da Tijuca, Rio de Janeiro, donde trataba una broncopneumonía y sufrió una parada cardíaca.
Macalé fue un destacado cantor y compositor, conocido por su papel fundamental en la renovación musical brasileña a lo largo de las últimas seis décadas. Desde sus inicios en la Tijuca, se destacó no solo por su talento musical, sino también por su influencia en otros artistas y movimientos culturales.
Relación con Lygia Clark y Hélio Oiticica
Uno de los aspectos más fascinantes de la vida de Jards Macalé fue su profunda conexión con dos de las figuras más emblemáticas del arte brasileño: Lygia Clark y Hélio Oiticica. Macalé participó en las sesiones de terapia artística conocidas como “Estructuración del Yo”, dirigidas por Clark, donde exploró el vacío existencial a través de objetos relacionales como piedras y bolsas de plástico.
Recordando su experiencia, Macalé describió a Lygia como una “bruja”, afirmando que sus sesiones eran tan intensas que se asemejaban a un viaje psicodélico. “Cuando te sientes vacío, no luches contra ese vacío. Con el tiempo, serás llenado nuevamente”, compartió Macalé, un consejo que se convirtió en un mantra personal.
El legado de Oiticica
Su amistad con Hélio Oiticica también dejó una huella indeleble en su vida. Macalé explicó que Oiticica le enseñó que el arte es sinónimo de invención y libertad. En 1978, Oiticica creó una instalación para una fiesta de Macalé, transformando objetos cotidianos en piezas artísticas, una experiencia que inspiró la creación de la obra “Macaléia”, en honor a su amigo.
Esta instalación, compuesta por pantallas de diferentes colores, provocaba una ilusión óptica, reflejando la multiplicidad de perspectivas que se pueden encontrar en el arte. Ambos artistas colaboraron en varios proyectos, destacándose su trabajo conjunto en el show de Gal Costa en 1970, donde Macalé actuó como director artístico.
Un viaje musical y cultural
Nacido el 3 de marzo de 1943 en Tijuca, Jards creció en un entorno donde la música era parte integral de la vida familiar. Su infancia estuvo marcada por la influencia de músicos icónicos de la época, y su casa resonaba con melodías que interpretaba su madre al piano y su padre en el acordeón.
Tras mudarse a Ipanema en su adolescencia, Jards adoptó el apodo de Macalé, en referencia a un futbolista local. A partir de ahí, se sumergió en el vibrante mundo de la música brasileña, convirtiéndose en un protagonista del movimiento de Tropicália y colaborando con artistas como Caetano Veloso y Gilberto Gil.
Contribuciones al arte y la música
En su prolífica carrera, Macalé no solo compuso música, sino que también participó en cine, televisión y teatro. Su trabajo incluyó colaboraciones en películas y la creación de bandas sonoras, así como la dirección de importantes artistas como Maria Bethânia y Gal Costa. En 1972, produjo el álbum “Transa” de Caetano Veloso, una obra maestra que marcó su etapa en el exilio.
Jards Macalé fue un artista multifacético que no solo se limitó a la música. Su amor por el ilusionismo y las pipas reflejaba su espíritu juguetón y su crítica al entorno social de Brasil. Al cumplir 80 años, compartió su percepción sobre el cambio en el carácter carioca, recordando un tiempo en el que la comunidad era más amigable y el ambiente menos fragmentado.
Aunque Jards Macalé ya no esté con nosotros, su legado artístico y su influencia en la música y el arte brasileño seguirán resonando por generaciones. Su frase, “en esta suma de todas las cosas, lo que queda es el arte”, encapsula su filosofía de vida y su dedicación a la creatividad.



