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Un escándalo que sacude la academia
La reciente apertura de un inquérito por parte de la Policía Civil en Brasil ha puesto en el centro de la atención mediática al profesor José Maurício Rosolen, de la Universidad de São Paulo (USP).
Este caso ha generado un gran revuelo en la comunidad académica, especialmente en Ribeirão Preto, donde se le acusa de acoso sexual y moral hacia sus alumnas. Las denuncias, que datan desde 2020, revelan un patrón preocupante de comportamiento que ha sido ignorado durante años.
Detalles de las acusaciones
Según informes, Rosolen, quien ha sido docente en la USP durante casi tres décadas, se acercaba a sus alumnas con intenciones de establecer conexiones amorosas. Las denuncias indican que ofrecía viajes y paseos, pero que estas interacciones rápidamente se tornaban inapropiadas, incluyendo toques no consentidos y tentativas de besos forzados.
Las víctimas también han señalado que, en caso de rechazo, el profesor amenazaba con recortar las becas de estudio de las alumnas, lo que añade una capa de manipulación a su conducta.
La respuesta de la universidad
La USP ha tomado medidas al respecto, instaurando un proceso administrativo disciplinar contra Rosolen.
La institución ha declarado su compromiso con un ambiente académico ético y respetuoso, repudiando cualquier forma de acoso o discriminación. Sin embargo, la comunidad académica se pregunta si estas acciones son suficientes, dado que el comportamiento del profesor era conocido desde hace tiempo.
La universidad ha suspendido a Rosolen de sus funciones por un período de 180 días mientras se lleva a cabo la investigación.
Un contexto preocupante
Este caso no es aislado. En lo que va del año, la USP ha enfrentado al menos dos investigaciones por acoso sexual y moral contra sus docentes. La situación plantea interrogantes sobre la cultura de la academia en Brasil y la necesidad de un cambio estructural que garantice la seguridad y el respeto hacia todas las personas en el entorno educativo. La comunidad universitaria está en un momento crítico, donde la voz de las víctimas debe ser escuchada y atendida con seriedad.