Las inundaciones extremas en la pampa argentina han transformado el paisaje en un mar de agua. Caminos se han convertido en canales y los agricultores enfrentan pérdidas catastróficas. Desde hace meses, millones de hectáreas han quedado sumergidas por lluvias inusuales, una situación agravada por la falta de mantenimiento en las infraestructuras de drenaje.
El testimonio de los afectados, como el ganadero Luciano Macaroni, revela la gravedad de la situación. Macaroni ha tenido que trasladar a su familia a un pueblo cercano para que sus hijos puedan asistir a la escuela, pues su hogar se ha vuelto inaccesible. “Solo puedo salir a caballo, ya que los caminos están completamente cubiertos de agua”, comenta, reflejando el impacto en su vida cotidiana.
Impacto en la agricultura y la ganadería
La Confederación de Asociaciones Rurales ha revelado que aproximadamente cinco millones de hectáreas están afectadas por la crisis actual, una extensión que supera la de Dinamarca. Esta situación ha desencadenado una grave crisis agrícola, donde los cultivos han sido arrasados y el ganado enfrenta condiciones extremas, lo que ha provocado una pérdida de peso notable por la escasez de alimento y la saturación de agua.
El agricultor Alejandro Vallan es uno de los muchos que lidian con esta desoladora realidad. “No podemos sembrar, no tenemos animales. ¿Qué vamos a hacer?”, reflexiona angustiado. Esta desesperanza resuena entre muchos en la región, incluidos aquellos que han dedicado sus vidas a la ganadería y que ahora observan impotentes cómo sus esfuerzos se desmoronan.
La relación con el cambio climático
Las condiciones climáticas han cambiado drásticamente en los últimos años. Los expertos subrayan el papel crucial del cambio climático en este fenómeno. Javier Rodríguez, Ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, destaca que los eventos climáticos severos son cada vez más frecuentes. «Es evidente que hay una conexión con el cambio climático que no se puede ignorar», afirma Rodríguez.
Cindy Fernández, portavoz del Servicio Meteorológico Nacional, añade que el aumento de la temperatura atmosférica incrementa la capacidad del aire para retener humedad. Esto resulta en precipitaciones más intensas. Este ciclo devastador de sequías e inundaciones ha impactado a los agricultores en múltiples ocasiones, generando grandes desafíos para el sector agrícola.
Desafíos en la infraestructura y respuesta gubernamental
Las infraestructuras de drenaje y las carreteras rurales enfrentan desafíos significativos para gestionar la creciente cantidad de agua acumulada. Muchos caminos han quedado sumergidos, convirtiéndose en verdaderas vías fluviales que dificultan el acceso a los campos. En este contexto, la comunidad local demanda soluciones a largo plazo que incluyan la revitalización de estos caminos y la construcción de sistemas de drenaje adecuados.
A pesar de las promesas de los funcionarios del gobierno sobre la reactivación de proyectos de infraestructura, estas han resultado insuficientes. La alcaldesa de 9 de Julio, María José Gentile, subraya la necesidad de un enfoque coordinado para enfrentar esta problemática. \»Es innegable que el cambio climático ha impactado nuestra región, y los esfuerzos para mejorar la infraestructura son fundamentales\», explica con claridad.
La economía regional en riesgo
Impacto de las Inundaciones en la Agricultura Local
La agricultura y la ganadería son pilares fundamentales de la economía local. Sin embargo, el impacto de las inundaciones se siente en los campos y se extiende a la economía regional. Hugo Enríquez, presidente de la sociedad rural local, alerta sobre cómo esta situación genera problemas económicos más amplios. El transporte, la provisión de insumos y la recolección de productos enfrentan serias dificultades.
Este año, 2025, la región ha recibido precipitaciones que superan los 1,600 milímetros, casi el doble de la media anual. Hace apenas dos años, estos mismos campos lidiaban con una sequía histórica que provocó pérdidas significativas. Este ciclo de extremos climáticos plantea un futuro incierto para la agricultura en la pampa argentina.
La búsqueda de soluciones se complica, especialmente por la falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, ha anunciado la asignación de recursos para ayudar a las familias aisladas. Sin embargo, la responsabilidad del drenaje recae sobre la provincia, lo que ha generado tensiones políticas.
La crisis de inundaciones en la pampa argentina evidencia la necesidad urgente de abordar el cambio climático y mejorar la infraestructura rural. Sin una respuesta efectiva, los desafíos que enfrentan los agricultores y la economía local seguirán aumentando.



