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La actriz Ingrid Guimarães ha compartido una experiencia impactante que vivió durante un vuelo de American Airlines de Nueva York a Río de Janeiro. En un relato conmovedor publicado en sus redes sociales, Ingrid describió cómo fue forzada a cambiar de asiento, enfrentando una situación de presión y humillación pública.
Un vuelo lleno de sorpresas desagradables
Todo comenzó cuando Ingrid abordó el avión en clase económica premium, lista para disfrutar de su viaje. Sin embargo, un miembro del personal de la aerolínea se acercó a ella y le informó que debía abandonar su asiento debido a un problema con uno de los asientos de clase ejecutiva.
La actriz, visiblemente molesta, se negó a moverse, argumentando que había pagado por ese lugar y no tenía intención de cederlo.
La situación escaló rápidamente cuando un segundo empleado llegó a la escena, exigiendo que se fuera de su asiento con un tono amenazante, sugiriendo que si no lo hacía, nunca podría volar con la aerolínea nuevamente.
Ingrid, sintiéndose acorralada, relató que incluso se hizo un anuncio en el avión, señalando que el vuelo no podría despegar debido a su negativa a colaborar.
Un trato injusto y humillante
La actriz no solo se sintió maltratada, sino que también fue testigo de cómo su familia intentó intervenir en su defensa.
Sin embargo, se encontraron con la resistencia del personal de la aerolínea, que desestimó su ayuda. En un momento crítico, un comisario brasileño le dijo a Ingrid que debía abandonar su asiento “por las buenas o por las malas”, lo que intensificó aún más la tensión en el ambiente.
Finalmente, tras un largo y angustiante enfrentamiento, Ingrid se vio obligada a ceder y cambiar de asiento, lo que la dejó con una sensación de abuso y violencia. A pesar de recibir un voucher de 300 dólares como compensación, la actriz expresó que lo que vivió fue una experiencia profundamente injusta y humillante.
Un llamado a la reflexión
Ingrid Guimarães decidió hacer pública su experiencia no solo para desahogarse, sino también para crear conciencia sobre el trato que reciben los pasajeros, especialmente los brasileños, en las aerolíneas. En su relato, mencionó que el criterio para el cambio de asientos no estaba claro y que, en su caso, se trataba de una mujer viajando sola, lo que podría haber influido en la decisión del personal de la aerolínea.
La actriz concluyó su mensaje instando a las aerolíneas a mejorar sus prácticas y a tratar a todos los pasajeros con el respeto que merecen. Su historia ha resonado en las redes sociales, generando un debate sobre la importancia de un trato justo y equitativo en la industria de la aviación.
